
¿Qué pasaría si la inteligencia artificial, en lugar de centrarse únicamente en la productividad y la automatización, sirviera para proteger el conocimiento ancestral de los pueblos originarios?
Esta es la apuesta de un proyecto desarrollado en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y se dio a conocer dentro de la pagina donde publican boletines de la universidad llamada Entre Saberes ITESO.
La académica Gabriela Calvario, del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) del ITESO, coordina esta propuesta interdisciplinaria que se nutre del trabajo colaborativo con la compañía de Jesús y la comunidad de Bachajón.
Fue precisamente a través del padre José “Pepe” Avilés, SJ, con más de medio siglo de presencia misionera en la región, que surgió la inquietud inicial; preservar un archivo de documentos en tseltal que abarca traducciones religiosas, textos sobre paz, derechos y vida comunitaria.
“Nos dimos cuenta de que había un acervo de al menos cinco décadas, pero sin herramientas para consultarlo o preservarlo adecuadamente”, señala Calvario.
Este hallazgo dio pie a la firma de un convenio entre el ITESO, la comunidad y la Compañía de Jesús, bajo principios de respeto, consulta y colaboración mutua.
La iniciativa se centra en aplicar modelos de lenguaje de gran tamaño, conocidos como Large Language Models (LLM), a la traducción del tseltal, una lengua maya hablada en la comunidad de Bachajón, en la selva chiapaneca.
Estos modelos (la misma tecnología detrás de herramientas como ChatGPT, Bard o DeepSeek) son sistemas de inteligencia artificial diseñados para procesar y generar texto de manera parecida a como lo haría el ser humano.
También están diseñados para comprender y generar información en base a enormes volúmenes de datos, sin embargo, en este caso su propósito va más allá de lo técnico, pues busca preservar la memoria cultural, los saberes comunitarios y el valor lingüístico del tseltal.
Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio titulado Analítica de datos en los servicios con enfoque social, utilizando métodos de inteligencia artificial y aprendizaje automático, financiado desde 2023 por el Fondo de Apoyo a la Investigación (FAI) del ITESO.
Aunque abarca otras líneas como el análisis de sentimientos en redes sociales y el desarrollo de asistentes virtuales, el foco principal ha estado en la traducción lingüística, entendida como una herramienta de justicia cultural.
Los desafío culturales y tecnológicos
Traducir una lengua indígena con IA no es una simple cuestión de palabras, El tzeltal, como muchas lenguas originarias, contiene múltiples capas de significado. por ejemplo, la palabra “esposa” puede tener varias formas: “la pareja de mi boca y mi corazón”, “mi costilla” o incluso “la madre de mi humo”, en referencia al papel doméstico de la mujer.
Para el equipo de investigación, cada decisión lingüística implica una dimensión emocional, simbólica y cultural que debe ser respetada.
El reto va más allá de lo técnico, muchos jóvenes ya no ven sentido en aprender tzeltal. “Cuando una lengua desaparece, se pierde también una forma de ver y entender el mundo”, advierte la investigadora.
El proyecto ha despertado interés dentro y fuera del país. Además del involucramiento de otras áreas del ITESO, como el Departamento de Lenguas, también participan académicos de la Universidad de Guadalajara y recientemente de la Universidad del País Vasco, tras una presentación del proyecto en el Congreso HOPE 25, realizado en Sevilla, España.
Entre los docentes que se han sumado al trabajo están Lizeth Carrillo, Luis Rizo, Mildreth Alcaraz y Eurídice Minerva Ochoa. También se han postulado a nuevas convocatorias internacionales para obtener financiamiento que permita consolidar y escalar el proyecto.
Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase temprana, pero ya contempla visitas futuras a Bachajón, desarrollo de herramientas educativas y fortalecimiento de los lazos interinstitucionales. Desde su concepción, se trabaja bajo una ética del consentimiento y la participación activa de la comunidad: “Cada paso se consulta con ellos. No tomamos decisiones sin su aprobación”, afirma Calvario.
En una era donde la tecnología avanza sin pausa, este esfuerzo demuestra que es posible poner la inteligencia artificial al servicio de las personas y de la memoria colectiva. La tecnología, bien orientada, no solo traduce idiomas: puede ayudar a que las culturas no se borren del mapa.