Opinión

La flecha amarilla voladora

(La Crónica de Hoy)

Sin duda la noticia de la semana es la entrada en el mercado mexicano de la aerolínea de bajo costo Ryan Air de la mano de Iamsa, la operadora de autobuses que, entre otras marcas, tiene la muy conocida Flecha Amarilla, súmmum de lo que es el transporte terrestre de bajo costo.

Aunque aún es pronto para evaluar lo que esto significa, lo cierto es que el anuncio se viene a añadir a la situación que ya estaba planteada con la entrada al mercado de las líneas “de bajo costo” que o ya iniciaron operaciones o están por hacerlo.

Lo interesante en este caso es que sea precisamente Ryan Air, la aerolínea irlandesa que ha pegado con tubo en Europa, la que se interese justamente ahora (no hace un año, cuando recién se puso en barata el mercado mexicano) en el país. Y aún más que su socio estratégico vaya a ser una de las empresas que se especializan en transporte terrestre en 20 estados del país.

Ryan Air es una aerolínea que en Europa ha mostrado un agresivo plan de expansión que la coloca como la primera low cost en la región, con beneficios por encima de los 8,000 millones de dólares y que ha sabido aprovechar los muchos resquicios que tiene la aviación europea para entrar en nichos de mercado comunitario.

Llama la atención, sin embargo, que en México se estén planteando las mismas rutas que las demás bajocosteras (¿no que no?) y que ante la avalancha de aerolíneas que van a servir los mismos mercados nuestros funcionarios sólo atinen a dar más y más nombres de las nuevas low cost que están por venir: Mesoamericana y la nueva Ryan, además de Volaris, que inicia operaciones en 10 días.

Si lo que estaban deseando era desgarrar el mercado de las rutas punteras, el gobierno lo está haciendo a las mil maravillas. Si, por otro lado, lo que quieren es torpedear la venta de Aeroméxico, les auguramos un gran éxito.

Y es que la empresa del Caballero Aguila, además de estar rezagada en los planes de venta que debieron haberse concretado en noviembre pasado, a la par que Mexicana, hoy todavía no cuenta con una forma segura de colocarse con algún operador, ni queda claro, por otra parte, quién será el valiente que vaya a entrarle al toro (o al águila), excepto aquellos que pretendan sacarle provecho a las rutas que no están en la competencia directa, es decir, las de Europa, Sudamérica y lo que tiene la empresa en Estados Unidos, tal vez Globalia.

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Si no fuera porque nadie da explicaciones en este país ni menos está dispuesto a rendir cuentas, sería indispensable que los diputados o senadores le pidieran al secretario de Comunicaciones cuando menos un análisis de lo que se supone que sucederá en el mercado del transporte aéreo mexicano.

Ahora sí que la gestión de los actuales funcionarios de SCT y Aeronáutica Civil pasará a la historia como la administración que llevó a la aviación mexicana a los niveles más altos de depredación y, suponemos, de desnacionalización de las tripulaciones mexicanas, porque no se ve de qué otra manera las nuevas aerolíneas van a conseguir pilotos mexicanos que, por ley, son los únicos que pueden tripular las aeronaves con matrícula nacional.

Ojo, diputados y senadores: cuidado con las iniciativas de ley en materia de nacionalidad de los tripulantes, que es el último gol que a esta administración le falta por anotar en esta loca carrera contra la aviación mexicana.

Mientras tanto, es posible que, si son inteligentes, los empresarios que deseaban introducir a Gol como aerolínea de bajo costo esperen a ver cómo se las arreglan sus competidores en la escena y, una vez despejado el campo de muertos, heridos y desaparecidos, lleguen a ver si todavía el mercado mexicano no se empachó lo suficiente de ofertas de 500, 600 y 700 pesos a cualquier destino de los que sí eran rentables.

En el inter, valdría la pena revisar los antecedentes del que se perfila como nuevo zar de la aviación, el inefable Ramón Gámez, del STIAS, quien ya tiene en la bolsa varios contratos colectivos, a pesar de que todavía no se despejan las incógnitas sobre la acusación que pesa sobre él en la actividad de moda: la pederastia, que parece ser la nueva actividad de los políticos y líderes preciosos. ¡Qué país!

Lo oí en 123.45: Habrá que averiguar bien qué es lo ocurrió exactamente con los radares en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, no vaya a ser que por andar subastando la aviación nos quedemos sin cielos.

E-mail: raviles_2@prodigy.net.mx

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