Se supone que octubre es el mes en el que las mujeres festejamos nuestra incorporación a la plena ciudadanía, representa el inicio del camino a la democratización en México y también el arranque de la lucha cierta de las mujeres en la vida política de la nación y la apertura al mundo de lo público. Pero tal parece que es el mes en donde nada tenemos que festejar.
El esfuerzo y el trabajo incansable que han desarrollado las mujeres por la equidad de género son comparables, y se ha dicho hasta el cansancio, con las luchas que la humanidad ha realizado para abolir la esclavitud o acabar con la discriminación racial.
La igualdad social ha sido el anhelo y el afán de muchos y sobre todo de muchas. En lo económico, tratando de eliminar la mano invisible con la que operan los mercados, en lo social la discriminación y la desigualdad derivada de la condición de género y en lo político no queriendo reconocer que las mujeres y los hombres somos ciudadanos por igual y nuestro voto cuenta igual.
A qué vienen estos comentarios, en el IFE, por mandato de ley se debe renovar su Consejo y, para cumplir con el procedimiento establecido, se inscribieron a convocatoria de la Cámara de Diputados más de 100 aspirantes; sin embargo, después del descalabro que sufrió este órgano autónomo no hace más de cuatro años, donde fue a las mujeres consejeras les pidieron su renuncia, el Consejo se convirtió en un “Club de Tobi” y hoy que era la gran oportunidad de demostrar congruencia, se le da más peso los intereses políticos que la propia democracia.
Un grupo de mujeres, luchadoras sociales, políticas y representantes de la sociedad civil, que se han unido en un esfuerzo por demandar la observación plena al respeto de los derechos humanos, y que se denominan “Mujeres Plurales”, iniciaron una campaña para que en esta renovación se elijan 3 mujeres para consejeras de esta institución; sin embargo, tal parece que hay oídos sordos por parte de legisladores, cabilderos políticos y funcionarios electorales, para atender esta legitima demanda.
Yo me pregunto ¿para el IFE este es un asunto menor?, ¿para la Cámara de Diputados también es un asunto menor? ¿Por qué el doble discurso de ser proclives a la igualdad cuando esto no es cierto? Y ¿por qué a la hora de los hechos la igualdad de género se convierte en un mito?
* Diputada del PRI en la ALDF
Copyright © 2010 La Crónica de Hoy .