“Una de las formas como se demuestra el amor es por medio del tacto, tal vez es la forma más Íntima de demostrarle al otro que realmente se ama”, dice en entrevista el escritor Alberto Ruy Sánchez quien presentó La mano del fuego (Alfaguara 2007), su más reciente novela, en la que habla sobre el cuerpo, el deseo, el erotismo y el amor.
Con esta novela, Ruy Sánchez cierra así un ciclo que inició hace 20 años con libros como Los nombres del aire, En los labios del agua, Los jardines secretos de Mogador y Nueve veces el asombro.
“A la distancia —dice— creo que este ciclo me formó como un aprendiz de escritor, ya que estos son libros muy personales de un viaje que hice a Marruecos. Me cautivó tanto Mogador que por eso describí en mis textos lo que sucede en ese lugar”, comentó.
El escritor recordó que cuando llegó a Marruecos se asombró al ver que en la plaza principal de ese país existen narradores orales que actualmente y gracias a las gestiones que hizo Juan Goytisolo ante la UNESCO, fueron declarados Patrimonio Oral de la Humanidad en el 2001.
“La mano de fuego es la pieza que faltaba desde hace 20 años y en la que cada ladrillo de esta arquitectura se ha ido nutriendo no sólo de lo que me ha formado como investigador del deseo. Es además un libro de relatos, de vivencias de muchísimas lectoras y lectores de libros anteriores. No es la conclusión, pero es la pieza que faltaba en este rompecabezas”, explicó.
“El libro explora la importancia del tacto en la relación amorosa, el deseo de unirse, fundirse en el otro, entrar en la persona amada y convertirse en fuego. Todos somos crepitantes, una llama no es la misma, siempre está cambiando, el narrador cambia como el fuego en dimensiones y color de la llama”.
El también editor de la revista Artes de México dijo que su libro es una literatura documental. Se considera un documentalista del deseo, el sustrato es completamente de cosas que pasan en la vida, lo que le cuentan. La imaginación es importante porque somos 90 por ciento imaginación y 10 por ciento materia.
Ruy Sánchez asegura que el erotismo es una ilusión, existe como fantasma escrito en el cuerpo, en la piel llevamos ese destino ardiente y brota como un ser sonámbulo. Su aventura es querer tocar el fuego, soñar despierto, asombrarse, tratar de comprender, equivocarse, acariciar y convertirse en el fuego que está tocando. Vivir una breve y equívoca épica del tacto.
Para el escritor lo más importante es el tacto, dice que se puede tocar con la mirada, se siente al otro cuando está a nuestro lado, por eso afirma que la boca es el instrumento más erótico que tenemos los seres humanos, pues es el que más nervios tiene y todo mundo lo va mostrando como si nada, La referencia es que el amor se demuestra con un beso y esa es la principal primicia del tacto.
“Para el próximo año publicaré una novela sobre el asesinato de León Trosky, en la cual abordaré la parte amorosa de esa historia”, finalizó.
Alberto Ruy Sánchez nació en la Ciudad de México el 7 de diciembre de 1951.
Desde muy joven se involucro con la literatura y hasta la fecha ha escrito una veintena de libros que abarcan géneros como el ensayo, la poesía, el cuento y la novela.
Desde 1988 es Director General de la revista Artes de México y la empresa editorial que la publica, considerada la publicación de arte y cultura líder en América Latina, con más de cien premios nacionales e internacionales en su primera década.
Doctorado por la Universidad de París, ha sido profesor invitado en varias universidades, incluyendo Stanford y Middlebury, e imparte con frecuencia conferencias y seminarios en Europa, África, Asia y todo el continente americano.
Su trabajo literario ha sido elogiado por Octavio Paz, Juan Rulfo, Severo Sarduy, Alberto Manguel, Claude Michel Cluny entre otros, y ha sido premiado por varias instituciones.
Como narrador es un autor de culto cuyos libros no dejan de reeditarse y como ensayista es un respetado e influyente crítico cultural cuyas ideas crean opinión.
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