Metrópoli

Hasta 120 kilos pesan las "mandas" de los Nazarenos en Iztapalapa

Los Nazarenos son personas de todas las edades que realizan su propio viacrucis con una finalidad penitenciaria

La Pasión...

Nazareno realizando su viacrucis

Nazareno realizando su viacrucis

José Solorzano

Cientos de hombres, mujeres y niños provenientes de los ocho barrios de la alcaldía Iztapalapa se personificaron como Nazarenos, quienes con una "manda" por cumplir, se dieron paso por las calles de la demarcación con cruces de madera que pesan de 100 a 120 kilos; la familia, la principal razón para realizar está acción de fé.

Desde las 8:00 horas, algunas vías, plazas y centros religiosos de Iztapalapa comenzaron con las celebraciones del Viernes Santo. Entre las actividades destaca la participación de los Nazarenos, personas de todas las edades que realizan su propio Via Crucis con una finalidad penitenciaria.

Los nazarenos transitan por las calles con la finalidad de llegar a Cerro de la Estrella, mismo en el que se realiza la crucifixión del hombre que da vida a Jesús durante la representación de Semana Santa.

Lee también

La Pasión de Cristo en Iztapalapa es ajena a enfoques políticos: COSSIAC

Gerardo Mayoral
Pasaje de El Domingo de Ramos, en la respresentación 178 de la Pasión de cristo, en Iztapalapa

De acuerdo con personas entrevistadas por La Crónica de Hoy, las cruces pesan entre 100 y 120 kilos para los adultos, mientras que la utilizada por los niños es de alrededor de cinco a 10 kilos.

El monto económico que invierten, quienes por decisión propia realizan este acto, ronda los 3 mil pesos, incluyendo la confección de la cruz, vestimenta y accesorios; mientras que para los infantes el gasto es aproximadamente de 200 a 800 pesos únicamente por la cruz.

Sin embargo, los Nazarenos aseguran que el gasto no es significativo si se realiza desde la fe.

"Lo realizó con mucha fe y por amor a mi familia", comentó Misael Cedillo, proveniente del barrio San Lucas.

Lee también

El amor a la familia los motiva

Entre las principales causas que provocan la realización de está penitencia están los problemas familiares o enfermedades propias o de miembros de la familia.

Cada uno de ellos alude que la tradición, el amor a la familia y la fe son la motivación para hacerlo año con año.

"Mi motor es la tradición, el amor a mi familia y sobretodo a mis hijos", comentó otro de los hombres que decidió realizar este acto por problemas familiares.

El dolor es parte de la penitencia

Al medio día, las banquetas aledañas al Jardín Cuitláhuac se ven llenas de personas que han concluido con su manda, muchos de ellos utilizadp sandslias y múltiples vendajes hechos para no sufrir heridas durante su caminata. Sin embargo, otros continuan durante la calurosa tarde, con sudor y algunas heridas en los pies.

"Ya sabes, el calor en los pies, las piedritas y los vidrios, parte de mi manda", refirió Alberto Granados, hombre con más de cuatro años realizando este acto, quién indicó que es importante que estas tradiciones "no se olviden ni se dejen pasar".