Luego de que el Gobierno capitalino recuperara 11 hectáreas de suelo de conservación y área natural protegida en la Sierra de Santa Catarina, Tláhuac, Julia Álvarez Icaza, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), detalló a Crónica los desafíos y logros de esta intervención que involucró la demolición de 44 construcciones irregulares y un despliegue de casi 2 mil servidores públicos.
“Fue un operativo ordenado y pacífico, donde el respeto a los derechos humanos fue prioritario. Contamos con la participación de 10 instituciones y la supervisión de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. En todo momento se buscó mantener un diálogo cordial con los habitantes de las construcciones irregulares, quienes finalmente accedieron a cumplir con las disposiciones legales,” afirmó Álvarez Icaza.
Según explicó, este espacio cuenta con doble nivel de protección: es parte del suelo de conservación de la Ciudad de México y está clasificado como área natural protegida, lo que hace imperativa su conservación.
Un operativo pacífico y ordenado
El proceso de recuperación no fue sencillo. El operativo incluyó la demolición de 44 construcciones irregulares, de las cuales 12 estaban habitadas por 57 personas. Álvarez Icaza subrayó que el operativo estuvo planeado con extremo cuidado para garantizar el respeto a los derechos humanos y el bienestar de las familias afectadas.
“En todo momento hubo diálogo con los pobladores. Este operativo fue acompañado por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y diversas dependencias, como el DIF y Protección Civil, para asegurar que todo se realizara de manera pacífica. Además, se ofrecieron alternativas y apoyos a las personas que habitaban estas construcciones”, destacó.
Entre los apoyos ofrecidos estuvieron el traslado de enseres domésticos a los domicilios indicados por los afectados, así como la habilitación de dos albergues provisionales. Aunque ninguna familia optó por permanecer en ellos, el gobierno facilitó mudanzas y brindó información sobre programas sociales, incluidas alternativas de vivienda mediante un censo habitacional.
Este enfoque integral permitió que el desalojo se realizara de manera ordenada y sin confrontaciones.
“Las personas entendieron que sus construcciones estaban en una zona que no debían ocupar, y gracias al diálogo se logró cumplir con la orden de recuperación”, agregó Álvarez Icaza.
El impacto ambiental de las construcciones irregulares
Según la secretaria de Medio Ambiente, la Sierra de Santa Catarina es un espacio de vital importancia para la Ciudad de México. Su suelo poroso permite la recarga de los mantos acuíferos, que abastecen el 70% del agua de la ciudad. Además, funciona como pulmón verde, contribuyendo a la purificación del aire y al equilibrio climático.
Las construcciones irregulares en esta zona no solo violaban la legislación ambiental, sino que también generaban un impacto negativo en el ecosistema.
“El suelo de conservación debe mantenerse libre de asentamientos para preservar sus servicios ambientales. Es un espacio clave para garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano”, subrayó la titular de la Sedema.
Acciones contra el fraude inmobiliario
Uno de los principales problemas asociados con los asentamientos irregulares es el fraude inmobiliario. Según explicó Álvarez Icaza, muchas personas fueron engañadas por intermediarios que, con documentos apócrifos, se ostentaron como propietarios de tierras ejidales o comunales.
“Estos defraudadores suelen despojar a los ejidatarios de sus tierras mediante amenazas o engaños, y después las fraccionan y venden de manera ilegal. Esto perpetúa la ocupación irregular y el daño al suelo de conservación”, explicó.
En respuesta, la Consejería Jurídica del gobierno capitalino ya prepara una denuncia colectiva contra quienes resulten responsables de estas prácticas.
“De parte de la Consejería Jurídica, que estuvo presente en el operativo en todo momento, se ofreció hacer una denuncia colectiva contra quien resulta responsable por haber vendido y por haber ostentado una propiedad que no le corresponde", adelantó.
Además, se lanzará una campaña intensiva para informar a la ciudadanía sobre los riesgos de adquirir terrenos en suelo de conservación.
“Es importante que la gente no se deje engañar. Estas tierras no están destinadas para uso habitacional, y adquirirlas puede derivar en la pérdida de su inversión”, advirtió.
Recuperación y reforestación del suelo
La recuperación de las 11 hectáreas implica un proceso técnico de mejoramiento del suelo, que estuvo impactado por las construcciones demolidas. La Sedema implementará trabajos especializados para restaurar su calidad y devolverle su vocación agrícola.
“Estas tierras solían utilizarse para la siembra de milpa antes de ser ocupadas de manera irregular. Una vez recuperadas, trabajaremos con las comunidades para reactivar su uso agrícola. Queremos que vuelvan a ser un espacio productivo y sostenible”, explicó.
Además de la recuperación agrícola, el gobierno capitalino continuará apoyando la comercialización de productos como nopal, romeritos y flores ornamentales, esenciales para la economía local. Este esfuerzo forma parte del programa Altepetl, que busca fortalecer la producción agrícola en el suelo de conservación.
Además, uno de los aspectos más destacados del operativo fue la colaboración entre las diferentes dependencias del Gobierno de la Ciudad de México. Sedema, el DIF, Protección Civil, la Secretaría de Gobierno y otras instituciones unieron esfuerzos para garantizar un proceso eficiente y respetuoso.
“No es fácil coordinar a 10 dependencias con objetivos distintos, pero la articulación fue ejemplar. En menos de ocho horas se demolieron las construcciones y se retiró la mayor parte del cascajo. Esto demuestra que, cuando trabajamos en equipo, los resultados son contundentes”, afirmó la funcionaria.
Hacia el futuro: estrategias de conservación
El gobierno capitalino se comprometió a mantener una vigilancia estricta sobre las áreas recuperadas para evitar nuevas ocupaciones. También se reforzará la política de “ni un metro cuadrado más perdido”, anunciada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, que busca detener el crecimiento de la mancha urbana en el suelo de conservación.
“Vamos a tener ojos verdes en toda la ciudad para proteger estos espacios. La Sierra de Santa Catarina es clave para la sostenibilidad ambiental de la Ciudad de México, y seguiremos trabajando para garantizar su conservación a largo plazo”, concluyó Álvarez Icaza.