El Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Clara Brugada, dio inicio al Programa de Paz y Seguridad en las Escuelas, una estrategia interinstitucional diseñada para generar entornos seguros en los planteles educativos de todos los niveles.
“El objetivo de este gabinete es brindar condiciones de seguridad a estudiantes, trabajadores y la comunidad escolar de cada institución”, subrayó la mandataria, quien destacó además la importancia de garantizar la seguridad de los entornos escolares mediante la coordinación entre los tres niveles de gobierno.
El programa incluye la implementación de acciones como el monitoreo de caminos seguros hacia las escuelas, instalación de videocámaras vinculadas al C5 y la vigilancia constante en los alrededores de los planteles educativos durante horarios de entrada y salida. La jefa del Ejecutivo local recalcó que esta estrategia se centra en 626 escuelas secundarias y de nivel medio superior, así como universidades, dejando en pausa, por ahora, las primarias debido al volumen y recursos que implicaría.
En este sentido, Pablo Vázquez Camacho, secretario de Seguridad Ciudadana, destacó los componentes clave que su dependencia aportará a la iniciativa, entre ellos programas de educación vial, prevención del uso indebido del internet y videojuegos, talleres de habilidades para la vida, y prevención de violencia de género y conductas de riesgo, como el suicidio.
“La Dirección de Seguridad Escolar cuenta con más de 300 elementos capacitados para trabajar en estos temas, y este año se han atendido ya más de 2 mil 500 planteles en toda la ciudad”, detalló.
Asimismo, informó que la incidencia de delitos de alto impacto ha disminuido un 56% desde los niveles registrados en 2019, con reducciones significativas en delitos como homicidio (-41%), robo a casa habitación con violencia (-70%) y robo de vehículos con violencia (-70%).
Una estrategia integral: caminos seguros y entornos iluminados
En el marco de esta estrategia, se destacó la extensión del programa “Caminos de Mujeres Libres y Seguras”, una iniciativa que Clara Brugada implementó exitosamente en Iztapalapa. Allí, la colocación de más de 145 mil luminarias LED en 217 kilómetros de vialidades contribuyó a reducir los delitos en un 60%. Ahora, este modelo se replicará en más de 1,000 kilómetros en toda la Ciudad de México, priorizando las zonas aledañas a escuelas, hospitales y mercados.
El arquitecto Raúl Basulto, de la Secretaría de Obras y Servicios, anunció que se realizarán trabajos de mejora urbana, principalmente en iluminación, para crear entornos seguros alrededor de los planteles.
“Estamos listos para arrancar este programa de intervención urbana que beneficiará a miles de estudiantes”, aseguró.
Colaboración entre instituciones educativas
Representantes de instituciones educativas, como el maestro Adán Escobedo Robles, director general del Colegio de Bachilleres, y el licenciado Raúl Arsenio Aguilar Tamayo, secretario de previsión y apoyo a la movilidad y seguridad universitaria de la UNAM, celebraron la iniciativa. Escobedo Robles destacó que, con 90 mil estudiantes en el Colegio de Bachilleres, contar con entornos seguros es fundamental para garantizar una educación de excelencia.
Por su parte, Aguilar Tamayo señaló que este programa no solo contribuye a la seguridad, sino que fomenta el desarrollo social y el bienestar de los estudiantes.
“La participación de todas las instancias de gobierno es clave para que los jóvenes puedan encontrar en sus escuelas no solo conocimientos, sino un espacio óptimo para su desarrollo”.
El maestro Mauricio García Vallinas, representante del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, subrayó la importancia de la colaboración interinstitucional y celebró el enfoque integral del programa.
Proyecciones y retos
El Programa de Paz y Seguridad en las Escuelas busca establecer gabinetes de seguridad en las 16 alcaldías, fortaleciendo la coordinación entre instituciones y comunidades escolares. Además, se trabajará en la implementación de senderos seguros que garanticen que los estudiantes puedan transitar con tranquilidad hacia y desde sus planteles.
Con la activa participación de la sociedad civil y el compromiso de todas las instancias de gobierno, esta estrategia promete transformar los entornos educativos en espacios libres de violencia, contribuyendo no solo a la seguridad, sino también al desarrollo integral de la comunidad estudiantil.