
La Comisión de Búsqueda federal y capitalina mantienen en resguardo los datos de presupuesto, número de herramientas y de exploraciones en campo que ayuden a la localización de personas, así como el número de mujeres que fueron reportadas como desaparecidas en la Ciudad de México de los años 2018 a 2024. Al mismo tiempo, madres que diariamente excavan la tierra y escalan cerros para recuperar la mayor cantidad de huesos de sus hijos, acusan que le deben de rogar a las instituciones para calendarizar las exploraciones en los parajes y llanos.
Asimismo, narran que sufren revictimización de la Fiscalía que integra erróneamente las carpetas de investigación y del personal de las Comisiones que se limita a responderles que “no tienen dinero para eso”.
Luego de las múltiples desapariciones reportadas en la zona del Ajusco, de la alcaldía Tlalpan y el reclamo de las madres buscadoras del aparente nulo trabajo que realizan las Comisiones de Búsqueda, Crónica solicitó vía transparencia los pormenores de la suma que se le destina a las indagatorias en las zonas donde presuntamente fueron abandonados los restos de las personas secuestradas, datos que la plataforma arrojó en blanco.
Este periódico solicitó una postura del titular de la Comisión de Búsqueda capitalina, Enrique Camargo, dependencia que cortó la comunicación una vez realizada la petición.
En medio de las madres buscadoras están orilladas a que los extravíos de personas que pueden ser realizados a las pocas horas de la desaparición y por lo tanto, al estar “más fresco” el aparente delito, denuncian que las fichas de búsqueda se acumulan por años y se convierten en simples estadísticas, donde la única esperanza es hallar a sus hijos en la basura y las posibilidades de verlos con vida se extinguen.
“Nos dicen que no hay recursos, que no tienen dinero para eso, con el buzón de paz anduvimos en todas las iglesias de Tlalpan, Topilejo y San Andrés, dieron materiales, palas, picos y en especie. Las autoridades no ayudan a buscar, el trabajo lo hacemos nosotras y voluntarios. Con las autoridades, aunque estamos detrás de ellos, no hacen su trabajo”, dijo a Crónica Inés Lázaro, madre buscadora que lleva siete años sin saber el rastro de su hijo, quien desapareció en la alcaldía Tlalpan.
Carpetas de investigación vacías
Cuando el hijo de Inés salió de su casa y no regresó, acudió al Centro de Apoyo al extinto Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), carpeta de investigación que tardó más de un mes en abrirse y que siete años después sigue vacía por aparente falta de interés de las autoridades por rastrear el teléfono, registro de llamadas y videos del C5 de su última ubicación.
“La persona con la que levanté la denuncia en CAPEA se fue de vacaciones y hasta después de un mes la abrieron, se negaron a darme la sábana y se perdió mucho tiempo, no hicieron nada. Comencé a buscar a mi hijo sola, en la pandemia me dijeron que ya no fuera, porque no había personal. Les pedí que vieran las cámaras (del C5) y no lo hicieron, la carpeta estaba perdida”.
La mujer pudo ver “una luz en el camino” cuando en la televisión se dio cuenta que madres buscadoras organizan exploraciones en las partes altas del Ajusco, lo que para ellas es un gran cementerio clandestino. Sólo con el apoyo y exigencia de las mujeres y el colectivo del mismo nombre hacia la Fiscalía, fue que la carpeta de investigación de su hijo “apareció” en el Ministerio Público.
“La única respuesta es que no me preocupara, que ellos me hablaban”. No obstante, las problemáticas entre las Fiscalías de la capital y la de Morelos han retrasado el análisis de un pie izquierdo, que las buscadoras encontraron, qué según Inés, podría ser de su hijo, ya que posee clavos y una placa, que también tenía el cuerpo del desparecido.
“Me hicieron la prueba del ADN pero no me han dado resultados, la Fiscalía de la Ciudad me dijo que han tenido problemas con la de Morelos y que por eso no les mandan las respuestas pero ¿Nosotras qué culpa tenemos?”.
Aunque colectivos capitalinos reprocharon que la Comisión de Búsqueda acumula hasta 20 rastreos de personas que no tienen fecha de inicio, para el 2025 el organismo únicamente recibió 23.7 millones de pesos, sólo 900 mil 889 pesos más para realizar las indagatorias, exploraciones y compra de materiales.
La Comisión de Búsqueda capitalina también se deslindó de la petición vía transparencia de cuántas mujeres fueron reportadas como desaparecidas de los años 2018 a 2024 en cada alcaldía, así como el número de ciudadanas que fueron encontradas. Su única respuesta fue que los datos se encuentran en el portal versionpublicarnpdno.segob.gob.mx, no obstante, el portal exhibe datos totales desde el año 1952, pero no se desglosa por demarcaciones o los periodos de tiempo solicitados, a pesar de que a partir del año 2018, en la capital se crearon las Fiscalías de feminicidios y desapariciones, con la finalidad de visibilizar esos delitos.
Los únicos datos abiertos que existen son que en la Ciudad de México, del 31 de diciembre de 1952 al nueve de marzo del 2025, se registraron cinco mil 776 desaparecidos (persona de la cual sus familiares desconocen su paradero y se presume que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito) y 211 no localizados (ubicación desconocida). 12 mil 265 se localizaron con vida, 211 no se han ubicado y 641 se ubicaron muertos.
Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) proporcionó a través de transparencia que en desapariciones de mujeres, de los años 2019 a 2024, no se sabe el paradero de mil 524 ciudadanas. En el mismo periodo, se iniciaron tres mil 871 carpetas de investigación por desaparición de ese género, lo que desembocó en dos mil 312 personas localizadas y 34 que se encontraron sin vida.
25% de los no localizados son de los últimos seis años
Es decir, sólo en los últimos seis años, las mujeres que no han sido localizadas representan el 25.46 por ciento del total de personas de ambos géneros que no se conoce su paradero en 72 años.
Otra de las afectadas es Tania, quien no sabe nada de su hijo desde hace tres años, sumado a la violencia institucional, ya que la carpeta de investigación de su hijo Axel únicamente tiene 10 hojas y la Ministerio Público, Marisela González, entregó hasta seis meses después la sábana de llamadas del teléfono de la víctima, tiempo en el que era demasiado tarde para saber su paradero.
“Me tuve que preparar para buscarlo, hasta una semana después pude ver las cámaras del C5 y por las investigaciones que hice, supe que se lo llevó José Amaya, supe su identidad y se lo di a las autoridades. Él desapareció junto con mi hijo, su familia no hizo una denuncia por desaparición porque se dedicaba al narcomenudeo, entonces mi hipótesis es que mi hijo fue reclutado para el crimen organizado”.
“Desde el principio te revictimizan, me dijeron que Axel se había ido de fiesta y que regresaría. A mi hijo le emitieron una alerta Amber hasta un mes antes de cumpliera los 18, porque tenía que comprobar que estaba desaparecido, cuando llevaba casi un año”.
También acusa nulo presupuesto ejercido de la Comisión de Búsqueda capitalina: “nosotras tenemos que pagar lo que se necesita en una brigada tan grande porque las instituciones no. Con o sin las autoridades vamos a buscar a nuestros familiares, nos toca ir a escuelas y nos han ayudado con un poco; para nosotras no es extraño que las autoridades se comporten de esa manera. El recurso de la Comisión no se ejerce, ha sido muy poco el apoyo, la herramienta está maltratada, hemos solicitado maquinaria porque después de tanto tiempo, nuestros familiares podrían estar abajo de lo debajo y se escudan porque sólo comentan que no hay el recurso y nos ponen el pie”.
A tres años de su desaparición, Axel únicamente ha tenido una búsqueda; “si existe ese recurso ¿por qué no se explota? Llegamos a la conclusión de que se va a sus bolsillos, nos contestan que no hay tiempo y nos dan largas y nuestro peor enemigo es el tiempo”.
“Gabinete de Búsqueda, una más de sus payasadas”
En cuanto al Gabinete de búsqueda de personas anunciado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, para tratar de localizar a las personas desaparecidas, Tania acusó que es un proyecto improvisado y “sacado de la manga”.
“Las personas encargadas no salen a ver la realidad de la situación es difícil que funcione, esto va de las familias para las familias. Es una más de sus payasadas, tonterías como muchas más con las que han engañado a la gente”.
“Le hablé a la jefa de Gobierno desde el corazón de una madre que tengo que dejar a mi familia para buscar a mi hijo, que nos quedamos sin empleo por salir a las búsquedas y por hacerles su trabajo. La falta de personal y empatía de las instituciones, mi hijo tenía 16 años, estamos buscando personas, no objetos, era un niño y apenas estaba empezando a vivir”.
“Viniendo del Estado y de este partido, no les creemos nada”.
Las mujeres coinciden en que si no salen a buscar a sus hijos, nadie las ayudará. Se han deslindado de las instituciones, las cuales, acusan, la única contestación que brindan es “lo vamos a ver”, organismos que ignoran los fallecimientos de mujeres que pierden la vida por el desgaste físico y daño a la salud mental por “estar muertas en vida de no saber qué pasó con ellos”.