
El Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Clara Brugada, presentó el programa “123 por mi escuela”, considerado el esfuerzo más ambicioso en la historia de la capital para mejorar la infraestructura de los planteles educativos públicos.
Con una inversión inicial de 968 millones de pesos, este plan busca intervenir 464 escuelas en 2025, como parte de una estrategia a seis años que contempla alcanzar los 2 mil 774 planteles distribuidos en las 16 alcaldías.
Durante la presentación, el secretario de Obras y Servicios, Raúl Basulto, aseguró que se trata de un programa estructurado y estratégico, que responde a un diagnóstico integral de las necesidades de mantenimiento mayor que presentan los centros escolares.
“Con este recurso, todas las escuelas podrán estar en las mejores condiciones posibles”, subrayó.
Mantenimiento integral y espacios seguros
El programa contempla una inversión de 2 millones de pesos por plantel al año, lo que permitirá atender de forma estructural problemas que durante años han afectado la funcionalidad y seguridad de las escuelas. Las intervenciones se enfocarán principalmente en cuatro ejes de acción:
- Escuelas seguras: se construirán o rehabilitarán bardas perimetrales, escaleras de emergencia y estructuras necesarias para garantizar que ningún plantel represente un riesgo para estudiantes y personal docente.
- Infraestructura básica: incluye impermeabilización, pintura interior y exterior, rehabilitación de instalaciones eléctricas e hidrosanitarias, reparación de sanitarios, patios, herrería, portones, cisternas y tinacos. “Es fundamental que todas nuestras escuelas tengan agua potable todos los días”, enfatizó Basulto Lubiano.
- Aulas y techumbres: se construirán techos o cubiertas en patios para proteger a niñas y niños durante actividades al aire libre, así como nuevas aulas, especialmente aquellas destinadas a usos múltiples o para la enseñanza de computación.
- Imagen urbana y servicios públicos: se implementarán jornadas de mejora del entorno con trabajos de poda, jardinería, rehabilitación de luminarias, banquetas y andadores, además de murales artísticos al interior y exterior de las escuelas.
Participación comunitaria en cada plantel
Uno de los elementos del programa es su enfoque comunitario. Una vez seleccionadas las 464 escuelas que serán intervenidas este año, se iniciará un proceso de asambleas escolares con madres, padres de familia, directivos y vecinos, donde se identificarán las necesidades prioritarias de cada plantel.
A partir de este ejercicio participativo se elegirá un comité de seguimiento, el cual verificará que las obras se ejecuten conforme a lo acordado y con total transparencia. “Es importante rendir cuentas. A los comités les diremos en qué y cómo se gastó el recurso”, aseguró el titular de Obras y Servicios.
El programa será operado por la Secretaría de Obras y Servicios, en conjunto con el Instituto de la Infraestructura Física Educativa (IFE) y la Dirección General de Construcción de Obras Públicas. Para optimizar los recursos, las obras se ejecutarán mediante dos modalidades: por contrato en trabajos especializados, y por administración directa mediante cuadrillas propias para acciones generales.
El proceso arrancará en los meses de mayo, junio y julio con las asambleas y la conformación de los comités escolares, para que de agosto a diciembre se realicen las obras en cada plantel.
Complemento a otras estrategias educativas
El programa “123 por mi escuela” no estará solo. Durante la presentación, el secretario de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, Pablo Yanes Rizo, explicó que esta iniciativa se complementa con el programa “La escuela es nuestra mejor escuela”, que desde hace años destina recursos para mantenimiento menor y mejoras básicas como mobiliario, pintura e instalaciones sanitarias.
Ambos programas comparten una visión basada en los derechos y la equidad. Según explicó Yanes Rizo, se trata de crear entornos escolares dignos, seguros y funcionales que propicien el aprendizaje, la convivencia y el arraigo de niñas, niños y jóvenes.
“El entorno donde uno estudia importa e importa mucho. No es lo mismo estar en un lugar descuidado que en uno que genera afecto por la escuela”, puntualizó.
Uno de los ajustes recientes al programa “La escuela es nuestra…” es la priorización presupuestal para las escuelas ubicadas en zonas periféricas o con menor desarrollo social, con el objetivo de cerrar brechas territoriales.