
Cinco madres de menores que asistían a la academia militarizada Ollin Cuauhtémoc denunciaron que los directivos Angélica “N” y Juan Carlos “N” sometían a los alumnos a palizas, ejercicio físico excesivo, los obligaban a repetir discursos que los denigraban, así como a realizar actividades que mutilaban su cuerpo y los exponían al uso de armas de fuego sin autorización de sus tutores.
Además, tanto las afectadas, como las autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc, expusieron que la institución educativa emitió boletas de calificación apócrifas, sin el aval de la Secretaría de Educación Pública (SEP), dependencia, a quien también señalaron del poco acompañamiento tras el fallecimiento de Erick Torbellín.
El menor de 13 años de edad perdió la vida el pasado 28 de abril durante un campamento realizado sin autorización de la SEP en el municipio de Tlalnepantla, Morelos, quien al ser obligado a realizar ejercicios físicos severos, murió ahogado en su sangre, tras el colapso de sus pulmones, necropsia que llevó a cabo la Fiscalía de Morelos.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, quien ha brindado apoyo jurídico y psicológico a las víctimas indirectas, mencionó que han puesto nueve denuncias en la Fiscalía de Morelos, en tanto, en la Ciudad de México han interpuesto 10 acusaciones en el Ministerio Público y a la brevedad iniciarán otras cuatro por falsificación de documentos.
Aunque la alcaldía colocó sellos de suspensión en la academia, la institución mantiene sus operaciones bajo la modalidad de clases virtuales. También, denunciaron que los alumnos inscritos cuentan con matrículas inexistentes que no se encuentran en la base de datos de la SEP.
La señora Erika, madre de Erick Torbellín, mencionó que cuando Angélica “N” y Juan Carlos “N” emitieron la invitación al campamento, les aseguraron que realizarían dinámicas y actividades recreativas en compañía de psicólogos, personal que los apoyaría en los problemas emocionales que pudieran tener.
Esto, acusa, resultó una farsa: “por el día del niño les pidieron disfraces de superhéroes o alguna persona que admiraran, nunca se los pudieron poner porque no hubo esas actividades, fue un gancho para crecer una masacre con los niños, y con la desfachatez cobran las colegiaturas cuando me entregaron a mi hijo muerto”.
Reprochó que los agentes del Ministerio Público no arrestaron a Angélica “N” y a Juan Carlos “N” cuando llevaron a sin vida a Erick al hospital y con signos de tortura.
Y evidenció: “a los niños más adiestrados los estaban enseñando a usar armas. Querían tener niños sicarios, que niños militares, personas que iban a ser problemas en este país”.

Les provocaban lesiones para “volverlos más fuertes”
Una de las madres, la señora Trinidad Hernández, mencionó que su hijo sufrió severas lesiones durante el campamento, cuando Juan Carlos “N”, uno de los tenientes que hoy están detenidos, le dio un puñetazo en el estómago. Por igual, acusó que los directivos forzaron al menor a realizar sentadillas por tiempo prolongado, lo que le ocasionó una fractura de rótula; “les decían: bájate porque eres pelota. Juan Carlos ”N" le dijo que es un cobarde”, dijo la mujer.
También tomó la palaba otra de las mamás, quien narró que en el campamento en Morelos su hijo fue amarrado y colocado con las manos y rodillas en el suelo, lo que desembocó daño psicológico y severas lesiones en el cuerpo.
En tanto, Lilia Amescua, mamá de un menor, explicó que su hijo tiene una lesión en le brazo desde tiempo atrás, por lo que le pidió a Juan Carlos “N” y a Angélica “N” que las actividades que realizara fueran de bajo impacto. Estas peticiones fueron ignoradas por las autoridades del plantel y lo obligaban a hacer lagartijas en repetidas ocasiones, lo que agravó la lesión.
Asimismo, el menor sufrió la pérdida de su padre a finales del 2024 y Juan Carlos “N” se comprometió a otorgarle apoyo psicológico, sin embargo, eso no ocurrió.
“A mi hijo le dijeron que entre más dolor, vas a ser más fuerte ¿A qué se referían? A más golpes. A mi hijo lo decía que era paralítico, que estaba manco, que no querían lesionados“.
“Mi hijo me dice todos los días: mamá, no puedo pensar en que ya no voy a ver a Erick ¿Qué voy a hacer si quería ser paramédico? Si quería estar con los militares".
La oración del potro
El abuso más reprobable que las mujeres revelaron se trata de una oración que Angélica “N” y Juan Carlos “N” presionaron a los niños y niñas a recitar “la oración del potro”, rezo con frases humillantes para obtener una lata de atún en el campamento, o en algunas ocasiones, pelearse entre los alumnos para ganarla.
Con dolor, la madre de Erick detalló el contenido de esa oración: “a usted mi excelentísimo cadete de tercer año, procedo a tomar mis alimentos que la nación me ofrece aún sin merecerlos, ya que soy un vil asqueroso y repugnante potro que se arrastra cual vil boa ante el altar de los dioses, que no tiene derecho a nada, ni al aire que respira, ni a la luz solar ni a la luz eléctrica que es pagada por le sacrificio del pueblo mexicano”.
“Por mi culpa, por mi culpa, por mi rechingada culpa, por eso bajo a mi s cadetes antiguos que me chinguen y rechinguen hasta hacerme desertar a perder mi capa o a ser un potro. Amén.
En conjunto, las mujeres reprobaron los señalamientos que las acusan de haber abandonado a sus hijos en esa academia, dado que no se trata de un internado, si no un sitio en el que los menores podían hacer realidad la ilusión de convertirse en servidores públicos que ayudarían a los mexicanos.
Niños obligados a comer pasto
Rojo de la Vega se sumó a las acusaciones y mencionó que varios infantes se encuentran hospitalizados por ser obligados a ingerir comida podrida o pasto, cuando en el campamento los directivos les robaron sus alimentos que sus padres les enviaron.
Por el hambre, los menores no tuvieron alternativa que ingerir comida en mal estado que estaba a su alcance, mientras Angélica “N” y Juan Carlos “N” ingerían los alimentos que los padres y madres habían preparado para sus hijos.

La alcaldesa dijo a Crónica que espera coordinación con las autoridades del Gobierno federal y de la Ciudad de México, tras la nula verificación de la administración de la exalcaldesa Sandra Cuevas a los planteles educativos de la demarcación.
“En esta supuesta academia militarizada nunca hubo supervisión de la Secretaría de Educación Pública, sin embargo contaba con un permiso desde 2022. La petición a ellos (autoridades) es que vean qué otros planteles hay, no sólo en la alcaldía Cuauhtémoc, en todo el país con este sistema militarizado. Hemos verificado establecimientos, planteles y espacios más que desde 2015, estamos viendo que se cumpla la Ley en una alcaldía abandonada y abusada por muchísimos años”, mencionó Rojo de la Vega.
“Nos interesa que los niños acaben su ciclo escolar, no queremos que sigan sufriendo, es muy bajo el nivel académico, es una complicación más”.