Metrópoli

La temporada de lluvias inicia este 15 de mayo y concluye el 31 de octubre

Lanzan Plan de Seguridad Hidrometeorológica y Operativo de Lluvias 2025 para ZMVM

Autoridades capitalinas señalan a Iztapalapa, Tlalpan y GAM como las alcaldías con mayor riesgo por acumulación de agua. (Adrián Contreras )

Con el arranque oficial de la temporada de lluvias 2025, que va del 15 de mayo al 31 de octubre, autoridades federales y locales presentaron el Plan de Seguridad Hidrometeorológica: Protocolo y Operativo de Lluvias 2025, con el objetivo de prevenir, atender y mitigar los riesgos de inundaciones en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

El anuncio se llevó a cabo en el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), en un acto encabezado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Gestión Integral del Agua (SeGIAGUA) de la Ciudad de México.

Plan complejo y regional

Este protocolo operativo, que será activado en coordinación con autoridades del Estado de México e Hidalgo, se detona cuando las lluvias alcanzan un umbral de 8 milímetros de precipitación en promedio, medidos en las estaciones meteorológicas, o bien cuando el sistema de drenaje profundo alcanza niveles críticos, de entre 5 y 6 metros de tirante.

A partir de esos indicadores, se implementan reglas específicas para la gestión del agua pluvial y la operación de infraestructura hidráulica a fin de evitar colapsos e inundaciones graves.

El sistema contempla 41 estructuras hidráulicas clave, a las que en años recientes se han sumado instalaciones ubicadas en el estado de Hidalgo, debido a que los principales afluentes del Valle de México terminan en el río Tula.

Esta coordinación regional es esencial para evitar efectos negativos aguas abajo, como lo explicó la directora general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México de Conagua, Citlalli Elizabeth Peraza Camacho.

“Es muy importante esta colaboración que hay entre la Ciudad de México, Conagua y el Estado de México. El protocolo está ya conciliado por todas las partes y nos permite aplicar reglas claras cuando se detectan lluvias importantes. Esta operación conjunta es fundamental para evitar emergencias”, indicó Peraza Camacho.

Autoridades capitalinas señalan a Iztapalapa, Tlalpan y GAM como las alcaldías con mayor riesgo por acumulación de agua. (Adrián Contreras )

Equipamiento especializado y monitoreo permanente

La funcionaria federal también informó que, como parte de la preparación para esta temporada, Conagua realizó 26 acciones estratégicas, como el desazolve de presas y ríos, reparaciones de compuertas, así como el mantenimiento a las tres plantas de bombeo más grandes del mundo —El Caracol, Central de Bombeo Oriente y El Bosque— que, en conjunto, operan 24/7 con una capacidad de 120 metros cúbicos por segundo.

La inversión realizada por Conagua para estas labores fue de 380 millones de pesos, con lo que también se logró ampliar la capacidad operativa de la laguna Casa Colorada, que había sido reducida temporalmente por obras del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

Ahora, su capacidad de conducción pasó de 20 a 40 m³/s, y su vaso regulador se expandió de 150 mil a 2 millones de metros cúbicos.

La Secretaría de Gestión Integral del Agua (SeGIAGUA) también puso en marcha acciones estratégicas para la capital del país, como el desazolve de drenajes, la limpieza de puntos críticos y la instalación de guardias estratégicas en zonas de alta vulnerabilidad.

Además, el protocolo incluye el uso de equipos especializados como unidades de emergencia tipo caja seca, vehículos todoterreno Unimog, retroexcavadoras de brazo largo, equipos hidroneumáticos de alta presión y grúas con almeja.

El titular de SeGIAGUA, José Mario Esparza Hernández, subrayó que este operativo es una acción técnica compleja que requiere altos niveles de coordinación entre instituciones, particularmente porque las decisiones locales tienen impacto en otras entidades.

Autoridades capitalinas señalan a Iztapalapa, Tlalpan y GAM como las alcaldías con mayor riesgo por acumulación de agua. (Adrián Contreras )

“Lo que hagamos en la Ciudad de México, como abrir o cerrar una compuerta, tiene incidencia en el Estado de México o Hidalgo. Por eso, tenemos que estar alineados con Conagua, que actúa como torre de control monitoreando todo el sistema. Si llueve intensamente en Hidalgo y nosotros estamos enviando agua al mismo tiempo, se puede provocar una tragedia si no se actúa de forma coordinada”, advirtió el secretario.

El monitoreo del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) es la primera alerta que permite activar el protocolo. A partir de ahí, se sigue el comportamiento de los niveles pluviales y del sistema de drenaje para decidir acciones en tiempo real.

Alcaldías más vulnerables

Las zonas de mayor incidencia de encharcamientos dentro de la Ciudad de México son las alcaldías Iztapalapa, Tlalpan, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, donde se concentran las labores preventivas.

Entre los objetivos centrales del plan destacan el restablecimiento oportuno de los servicios públicos, la protección del patrimonio de la población, la reducción de daños a infraestructura urbana y la atención prioritaria a zonas con alta densidad poblacional o suelo impermeable.

La estrategia también se articula con el nuevo paradigma impulsado por el gobierno capitalino, basado en el control, retención e infiltración de aguas pluviales dentro del Valle de México. Es decir, además de mitigar inundaciones, se busca aprovechar el agua de lluvia para la recarga de acuíferos, en una apuesta por la sostenibilidad hídrica a largo plazo.

“Este nuevo enfoque considera recuperar cuerpos de agua superficiales como presas, lagunas, ciénegas, ríos y arroyos, para que cumplan funciones de regulación e infiltración. Además, se están ejecutando obras específicas con ese propósito. Todo esto está alineado al eje estratégico de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, para enfrentar los efectos del cambio climático”, puntualizó Esparza.

Asimismo, el protocolo contempla acciones específicas de mantenimiento preventivo a la infraestructura crítica, como bombeos en pasos a desnivel, lumbreras y válvulas del drenaje profundo, con el fin de garantizar su correcto funcionamiento durante emergencias. También se cuenta con un diagnóstico actualizado de las zonas más vulnerables para una mejor toma de decisiones.

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