
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) entregó los bienes decomisados a presuntos criminales ligados a La Familia Michoacana que mantenían establecimientos en 14 municipios del Estado de México, en los cuales obligaban a los ciudadanos a adquirir productos a sobreprecio, únicamente en esos locales.
Luego de la ejecución de la “Operación Liberación”, en la que fue desmantelado un grupo delictivo perteneciente a “La Familia Michoacana” que mantenía 63 establecimientos comerciales en los que se extorsionaba para condicionar la venta de material de construcción, animales, abarrotes y diversos alimentos (pago de cuotas u obligar a comprarle a cierto proveedor), la Fiscalía solicitó la disposición anticipada de los bienes asegurados, como carne, madera y abarrotes.
Posteriormente, la Fiscalía mexiquense firmó un convenio con el Gobierno del Estado de México a través de la Secretaría del Bienestar, junto al Agente del Ministerio Público otorgaron lo decomisado a los ciudadanos.
En el municipio de Ixtapan de la Sal, la Secretaría del Bienestar entregó de manera gratuita a decenas de familias de aves de corral, borregos, pacas de avena, costales de zacate, costales de cascarilla, alimento para animales, así como carne, pollo y longaniza entre otros semovientes y mercancías.
A través de esta iniciativa, se pretende que los bienes que son objeto de investigación por actividades ilícitas, puedan ser dispuestos en beneficio de la propia comunidad que padeció las prácticas extorsivas, y que, en su caso, materiales como los de construcción puedan destinarse a obras pública con un enfoque comunitario.

Operación Liberación
El modus operandi incluía el control de establecimientos comerciales que eran los únicos autorizados por el crimen para la venta de materiales y otros productos; no obedecerlos ponía en riesgo la vida, al ser objeto de secuestrios y extrema violencia.
Comestibles como el pollo o la carne de res registraban sobreprecios de entre 20 y 100 por ciento en diversos municipios. Ocurría los mismo con la compra - venta de animales vivos. Todo ese sobreprecio eran recursos que terminaban en manos de criminales.
Se trataba de sujetos que bajo el nombre de comerciantes, líderes sindicales o servidores públicos, convivían en las comunidades y algunos eran destacados empresarios que dañaban económicamente a las comunidades.