Metrópoli

Adultos mayores en GAM, obligados a pedir donaciones para reparar calles

Niños, amas de casa y estudiantes tienen que dedicar varias horas del día alevantar escombros de vialidades;los habitantes han reclamado a Francisco Chíguil, alcalde, por olvidarse de las zonas alejadas

Calle en mal estado
Calle en mal estado Calle en mal estado (Jorge Aguilar)

Decenas de habitantes de la colonia Malacates en la alcaldía Gustavo A. Madero tienen que pedir cooperaciones monetarias a usuarios de redes sociales para restaurar avenidas y andadores destruidos, debido a que después de que Francisco Chíguil, alcalde de la demarcación, realizó un recorrido en la zona, calificó la problemática como un hecho de poca importancia, ignorando que niños y adultos mayores tengan que construir, con sus manos y recursos económicos el pavimento y las pesadas placas de las empinadas calles de Sierra de Guadalupe.

Los habitantes de la calle Belisario Domínguez están sujetos a vivir en una localidad donde las grandes piedras, la resbalosa grava y las pronunciadas zanjas crean un escenario peligroso en el que están expuestos a un latente riesgo de deslaves y caídas desde grandes alturas. En repetidas ocasiones, los ciudadanos que residen en las periferias de la alcaldía le han reclamado al mandatario Chíguil por olvidarse de las zonas más alejadas, pues a decir de los afectados, el funcionario desconoce la existencia de la mayoría de las colonias que gobierna.

Para los colonos de Sierra de Guadalupe el riesgo por la destrucción de sus calles se vuelve mayúsculo cuando éstas se mojan y la tierra se desprende, ya que cuando los ancianos y las personas discapacitadas intentan caminar por esas vialidades sin forma, repletas de filosas rocas, resultan con graves lesiones, orillándolos a vivir en un encierro permanente, pues trasladarse en esa colonia podría resultar un acto que conllevaría a la muerte por caer de prominentes alturas.

Después de que los afectados suplicaron varias veces a las autoridades de la GAM para que éstos realizaran un recorrido por la devastada zona, la contestación del gabinete encargado de supervisar y reparar las obras en la alcaldía es similar a la que ofrecieron en la región de la mega grieta aragonés, es decir, que debido a falta de dinero y personal, es imposible que la administración destine capital para construcciones públicas; asimismo, los damnificados recibieron comentarios discriminatorios y despectivos por parte de Francisco Chíguil, quien comentó que jamás iba a poner escaleras eléctricas o elevadores en esa colonia.

Ante las negativas, los damnificados se encuentran solicitando donaciones para concluir la obra, construcción que en ocasiones tiene que detenerse por la ausencia de ayuda. En una unión de voluntades, niños, amas de casa y estudiantes tienen que dedicar varias horas del día para levantar escombros de las calles, pues su derecho a la ciudad, el cual explica que todos los habitantes tienen la posibilidad de habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna, fue cancelado por parte de Francisco Chíguil y su administración.

"Llevamos muchos años pidiéndole a la alcaldía que nos den recursos, pero siempre nos dicen que no tienen, no nos dan porque se olvidaron de las periferias, Chíguil no conoce los límites del territorio y pone en riesgo a miles de personas. Es obligación del Gobierno pavimentar las colonias de nueva creación como ésta, pero enfrentarse a ellos es ponernos en riesgo porque lo primero que hacen es amenazarnos, no tienen la capacidad de trabajar o dialogar, siempre tratan de imponerse, entonces nosotros como representantes vecinales tenemos que solicitar recursos para que queden bien nuestras avenidas", comentó Alberto, habitante de la localidad "maderense".

"Cuando el alcalde vino a hacer recorrido nos dijo que no era una obra de importancia, es nefasto y da vergüenza. Es mejor trabajarlo nosotros que pedirle algo a ese señor porque es muy complicado su gobierno, aunque esté presumiendo obras por todos lados, están abandonadas. Tener una calidad de vida es un derecho constitucional y aquí es todo lo contrario, adultos mayores se han caído en ésta obra porque sus pies no les funcionan muy bien y se resbalan con la tierra y el lodo cuando llueve", expresó.

De acuerdo con el Artículo 178 de la Ley Federal del Trabajo, queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de dieciocho años, igualmente, a partir del 2012 se incluyó en éste documento el catálogo de trabajos prohibidos para las niñas, niños y adolescentes, con la finalidad de salvaguardar su integridad física y emocional, ante la peligrosidad que representan estas labores.

A pesar de que los menores no deben realizar trabajos exhaustivos, los niños que habitan el barrio de Malacates no tienen otra alternativa más que edificar las calles que el Gobierno se negó a rehabilitar. Varios de los infantes viven en situaciones de pobreza y marginación, por lo que para ellos no existen los derechos, pues la administración de la GAM les arrebató el beneficio de poseer y aprovechar los espacios públicos para la recreación y desplazamiento.

Con cubetas, picos y pisando materiales filosos, infantes de todas las edades limpian los residuos como piedras y pedazos de grava, para que posteriormente, los adultos realicen la mezcla con la arena y cemento que proviene de las aportaciones voluntarias. Niños haciendo el trabajo de adultos y gobernantes son las condiciones en las que tienen que vivir quienes no tuvieron la elección de jugar y divertirse, pues intentan reconstruir una alcaldía que no creció por tener un gobierno sin rumbo. 

Los trabajos de rehabilitación son intermitentes, ya que durante algunas semanas el auxilio es escaso; los camiones con material se presentan en la colonia cuando un ciudadano dispuesto a contribuir lee en las redes sociales de los vecinos las frases: "Quieres ayudar por favor, aporta tu donativo, necesitamos un bultito de cemento, apóyanos con un bote de arena o un bulto de grava; la alcaldía Gustavo A. Madero no tiene recursos ni voluntad para ayudar".

"La única vez que el alcalde vino lo hizo para burlarse de nuestra pobreza, nos dijo que no iba a arreglar esto y que no iba a poner elevadores y escaleras eléctricas. Estamos pidiendo donaciones y a veces nos ayudan con un bultito de cemento y tenemos que bajar por él, lo acarreamos y lo subimos, no hay escaleras pero no tenemos alternativas, varios vecinos aportan su donativo de 205 pesos, ese es el valor del bulto de cemento", declaró un habitante de la demarcación.

"En la última intervención que tuvimos con la alcaldía nos dijeron que no podrían reparar nada y que si les prestábamos 15 personas podían empezar a ver algo pero no es nuestra obligación arreglar las calles, pagamos impuestos y terminamos haciendo nosotros las obras de la ciudad. Cuando estaba el PRI les hacías un escándalo, les mentabas la madre y te atendían, pero ahora con Morena te mandan a golpear y te amenazan", aseguró el residente.

En palabras de los adultos mayores, la necesidad de tener una vialidad digna es mayor a su cansancio por el arduo trabajo, sin embargo, las consecuencias y lesiones físicas han mermado y acelerado los padecimientos como osteoporosis y artritis.

"Tenemos que arreglar y levantar esto, lo hacemos con ánimo y orgullo y es una gran satisfacción cuando la gente nos ayuda con donaciones, aunque a la larga va a ser peor porque tengo artritis y me duelen mucho los huesos. El trabajo es más difícil porque es pura subida y el Gobierno se negó a ayudarnos, cuando vinieron nos vieron a todos cargando bultos de cemento y no les importó, no tienen corazón, nuestro cuerpo se está acabando pero es por los que vienen después de nosotros", dijo un adulto mayor.

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