Metrópoli

Ambulantes, los verdaderos dueños del Eje 1 Norte

Automovilistas pagan para cruzar calles, sortean transeúntes, diableros y motonetas así como pasar 50 minutos en un tramo que se recorre en 10

Mercado Granaditas, León, Guanajuato
Reducción de carriles en Eje 1 Norte Reducción de carriles en Eje 1 Norte (Ana Espinosa Rosete)

Tenis Jordan, bolsas Luis Vuitton, celulares, extensiones de pestañas, pijamas, corsetería, chelerías y bares improvisados, tacos, gorditas y quesadillas; todo en un mismo sitio, carriles del Eje 1 Norte, en el tramo que va de Reforma a Circunvalación.

En un recorrido hecho por Crónica se constató que los 2. 5 kilómetros son territorio sin ley. Ahí se hace lo que el comerciante ordena.

Una avenida que fue diseñada para dar flujo y conectar la zona Centro con el Oriente de la ciudad se ha convertido en un caos. Lulú, una vendedora de lencería, desde hace 20 años, aseguró que desde la administración de la entonces perredista Dolores Padierna, el padrón de comercio informal en la zona incrementó.

La mujer señaló que fue en el gobierno de Néstor Núñez cuando la ley se ausentó y dio paso a la ingobernabilidad. Pues fue en el periodo del 2018 al 2021 cuando los comerciantes se apropiaron de la avenida así como de calles aledañas.

De 5 carriles, incluyendo el de contraflujo, sólo quedan dos. Los comercios se han expandido a tal grado qué hay calles como Jesús Carranza y Florida donde se hace un cuello de botella pues además, los carros tienen que sortear motonetas, diableros y transeúntes para poder circular por la zona.

De nada sirven los semáforos, pues la circulación es dirigida por hombres con silbato en mano que hacen el trabajo de la policía de tránsito, esa que brilla por su ausencia.

En los 50 minutos que toma recorrer el eje vial los automovilistas deben desembolsar al menos 50 pesos. Por ejemplo, en la esquina de República de Brasil y López Rayón un sujeto a que le gritaron Pepe dirige el tráfico como un experto. Equipado con un silbato y una gorra para el sol, el joven de unos 30 años, se planta a media calle y no deja pasar al conductor hasta que paga una cuota de 5 pesos. Una vez dadá la moneda, su compañero que también está cobrando a los que se quieren incorporar a la avenida, abre el paso para seguir avanzando sobre el Eje 1 Norte.

Tres calles más adelante, en González Ortega, vuelve a suceder lo mismo. Y una calle después, otra vez.

El gasto no para ahí. A lo largo de la avenida hay sujetos que te “regalan” gel antibacterial, aunque el ofrecimiento sea rechazado el conductor se ve obligado a dar una moneda a cambio de que el sujeto saque medio cuerpo de su automóvil; pues se toman la libertad de invadir el vehículo para conseguir su objetivo; muchos de ellos ni si quiera portan cubrebocas a pesar de que ofrecen una medida sanitaria contra la Covid-19.

La enfermedad parece no importar. Pues con el cambio de color en el semáforo epidemiológico a verde la gente relajó las medidas preventivas.

Las chelerías y bares improvisados, incluso, ya pusieron piso de cemento en el carril designado para el camión de contraflujo. Los policías qué hay en la zona no dicen ni hacen nada; a pesar de que el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública está prohibida.

De acuerdo a la Ley de Cultura Cívica, en su artículo 28, se establece que la multa por consumir bebidas embriagantes es de entre 21 y 30 Unidades de Medida, esto quiere decir que el sancionado tendrá que pagar cerca de 2 mil 688 pesos o en su caso tendrá que cumplir con un arresto de 25 a 36 horas.

El Eje 1 Norte lleva más de 20 años secuestrado por el ambulantaje. Quienes ahí encontraron una forma de percibir ingresos aseguraron que están respaldados y “quien nos quiera quitar no sabe con quién se mete” 

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