Metrópoli

Clara, frente a las cámaras

 El debate del domingo 17 de marzo entre candidatos, aún con novedades como las preguntas directas del público o la trasmisión en streaming, es un encuentro esencialmente pensado para la televisión. De hecho, la sede es un plato televisivo, el de MVS y conducido por los periodistas Blanca Becerril y Víctor Hugo Michel. 

DEBATE ENTRE CANDIDATO, DOMINGO 17

Brugada, candidata a la jefatura de gobierno

Brugada, candidata a la jefatura de gobierno

Rogelio Morales Ponce

Clara Brugada, de acuerdo con las encuestas presentadas por Crónica, arrancó como puntera en la contienda por la jefatura de la Ciudad de México, por lo que es la primera en ser analizada. Es importante señalar que esa ventaja que apareció también en otras encuestas, es la principal fortaleza de la morenista al llegar al debate de este domingo.

Quien lleva ventaja debe cuidar no equivocarse; no está obligada a realizar planteamientos arriesgados ni a responder directa y claramente a cuestionamientos que estén vivos en la mente de los votantes.

Mejor aún para Brugada, aquí, en este primer debate, están los temas del bienestar y de política social en los que tiene mucho que presumir, pues su proyecto Utopía, una serie de centros de convivencia comunitarios en los que se combinó recuperación de espacios urbanos semiabandonados, museos, clases deportivas (lo mismo natación que zumba), artes, entre otros. Todas las utopías se han mantenido activas y mucho más vigorosas que los centros pilares planteados por el gobierno central de la capital.

La parte débil de Clara será la ausencia de ese gran cobijo popular que se ha procurado en su campaña. No hay como hacer valer eso en un estudio de televisión y el arribo de contingentes de apoyo sólo se podrá realizar en el posdebate.

Gran parte de la audiencia televisiva estará conformada por clase media, un sector que debe interesar mucho a la morenista, pero que probablemente es la más reacia al tipo de discurso que maneja habitualmente.

La voz de Clara es un tanto carrasposa y, otra vez, le funciona bien al cobijo de las masas, pero no puede preverse el mismo efecto en la emisión televisiva. El discurso de Brugada, como el de todos los candidatos de Morena, tiende a señalar que todo ha ido bien con la 4T (ni que decir con López Obrador); es bastante tradicional en cuanto a los énfasis en algunas palabras, prolongando algunas sílabas (“gobernaaar para el pueblo”; implacaaable contra el crimen”; “ceeero corrupción”). Nuevamente buen efecto en mítines, pero difícil de usar en tele.

La preparación de esta semana, sin duda, estará centrada en cómo hablarle a la cámara 