Familiares de desaparecidos narran los testimonios de aquellos que no llegaron a sus hogares a causa de la discriminación y desaparición que sufrieron por parte de individuos homofóbicos. Gritos de dolor, denuncias y solicitudes de faltas de medicamentos antivirales es lo que expresan algunos grupos que se hicieron presentes en la marcha LGBT+ en la Ciudad de México.

"A Javier lo mataron por decirle maricón", es lo que expresa la familia del joven de 25 años que salió de su hogar para jamás volver, hombre que durante los últimos años de su vida estudiantil estuvo sujeto a burlas, discriminación, agresiones y exclusión por parte de vecinos y compañeros de la escuela.

"Javier era feliz hasta el día que supimos por qué no regresó. Este día es el único del año en el que podemos gritar y pedir que alguien se interese por investigar qué pasó con él. Cuando nos enteramos de todo lo que hacían nos quedamos con más dudas, porque sabíamos que por ser gay se sentía triste y aunque lo apoyábamos no le dimos tanta importancia. No sabemos si lo mataron, se suicidó o se escapó, pero es lo mismo, no sabemos nada de él. Mucha gente lo molestó durante años y como es un caso tan difícil de resolver, la única alternativa es venir y decirle a las mamás que a la primer señal de violencia que vean en sus hijos deben de apoyarlos, ser gay no está mal", expresó la madre.

Lucha por la libertad para decir quién te gusta

En un grito unificado, las personas que estimaban a Javier retratan con lágrimas en los ojos las dudas sobre su desaparición. Gritando "¿Dónde está?", repudian la pobre cultura anti discriminación que la población capitalina tiene hacia las personas con orientación sexual diferente.

"Hay personas que vienen bailando, contentas porque es una forma de festejar la libertad y está bien, pero hay otra cara en nosotros, hoy me pinto de colores, traigo mi paraguas del orgullo porque mi hijo nunca pudo decir quién le gusta y lo que más tristeza me da es que los agresores eran personas de su misma edad, gente que nos imaginamos que tiene una mentalidad y educación distinta pero veo que no es así", subrayó la mujer.

"Pedimos que les exijan a las escuelas que den pláticas para combatir la discriminación, no tienen idea de cómo ayuda, lastimosamente decir 'puto' y 'maricón' lo vemos como normal, pero esas palabras han acabado con muchas vidas, de gente con piel delgada que está en un proceso de aceptación. Cada quien tiene su momento para decir 'soy gay ¿Y qué?' pero quieren 'sacar del clóset' a la fuerza a la gente y no saben lo mucho que duele, a mí me quitaron a mi hijo y no quiero ver a otra mamá aquí pasando por lo mismo", manifestó.

Piden que escuelas no minimicen la discriminación

Por su parte, otro colectivo de manifestantes alzaba la voz en contra de las instituciones educativas que toleran y consienten actos de discriminación dentro de los planteles, asimismo, remarcaron la nula existencia de programas, vigilancia, seguimiento de solicitudes y represalias hacia agresores y generadores de odio hacia la comunidad LGBT+.

 "A Yazmín la cuidan sus amigas, no la UNAM. Ella es lesbiana y se tuvo que salir de estudiar porque era blanco de todo tipo de ataques, incluso los maestros la humillaban si la veían besándose con su novia. Aunque fue muchas veces a las oficinas para decir lo que estaba pasando, en ese tipo de escuelas tan conservadoras no entienden que en todos hay diferentes formas de amor, que somos irrepetibles pero desgraciadamente la hicieron menos y nunca hicieron nada por ella", dijo un amigo de la víctima.

"Los pocos amigos que ella tenía la protegían, pero la escuela, que podía ser su refugio era peor que estar en su casa, pues ahí también la molestaban y las quejas que puso nunca las atendieron. Cuando hacemos comentarios de odio, aunque sean muy sutiles, hacen daño, porque nadie tiene la necesidad de que lo vayan a insultar a la escuela, vamos a estudiar, no a que nos juzguen, por eso no entran las religiones, es hipocresía que sean laicos y te dañen por querer a otro", concluyó.

Más de 250 mil personas se congregaron para conmemorar la marcha número 45 del orgullo LGBT+. Los asistentes, quienes enaltecieron la libertad de vivir una vida libre de prejuicios y violencia se congregaron en 13 contingentes que recorrieron cuatro kilómetros del Ángel de la Independencia a la Plaza de la Constitución.

Para evitar incidentes, el GCDMX implemetó un operativo que contó con 2 mil 300 efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), apoyados con 90 vehículos, 22 moto patrullas y cinco grúas.

Exigen abasto de tratamientos antivirales

En cuanto a las pruebas gratuitas de VIH/SIDA que se pusieron a disposición de los asistentes a la marcha del orgullo, los que decidieron participar en dicho examen médico agradecieron que se colocan al alcance de todas las personas métodos de detección que tienen costos muy altos en clínicas privadas. Sin embargo, para los casos que resultaron positivos es complicado que comiencen un tratamiento con medicamentos antivirales, ya que según los diagnosticados, el desabasto de éstos fármacos en las clínicas capitalinas provoca la muerte de decenas de personas.

"Soy portador y ni modo, es un riesgo que se tiene que correr, agradecemos mucho que el Gobierno ponga estos módulos, porque una prueba de VIH en un laboratorio privado te sale en más de tres mil pesos, de hecho mucha gente se muere porque nunca se hizo el estudio y cuando empieza a tener los síntomas de la enfermedad ya es muy tarde. El problema para mí es que tendría que ir a otro país para comprar un tratamiento que me permita seguir mi vida normal, porque en los hospitales de aquí no hay nada de eso y comprarlos por fuera son muy caros", relató Sergio.

"Afortunadamente tengo la posibilidad de irme, pero muchos de los que vienen a protestar también exigen que se compren más antivirales y que sean gratuitos. Cualquiera te podría contar una historia en la que hemos visto morir a un amigo porque no tiene dinero para su tratamiento y es muy triste porque o comes o te compras la medicina; que no tengamos a dónde acudir para atención médica también es una forma de discriminación, aunque supuestamente somos una minoría, la salud está relegada, para nosotros, para las personas heterosexuales, la pandemia del VIH no está atendida ni controlada", sostuvo.