Metrópoli

Se estanca vitalidad económica en Tláhuac; tragedia de la L-12 aún duele en la zona cero

A nueve meses de aquel trágico accidente, los pequeños establecimientos aún padecen los estragos con bajas ventas, a lo que se suma que muchos de los comerciantes afectados por la crisis económica siguen sin obtener los apoyos del gobierno capitalino.

Vips Polanco
Alberto García Alberto García (La Crónica de Hoy)

Comerciantes y vecinos de la zona cero en Tláhuac buscan regresar paulatinamente a la normalidad, tras el desplome del tramo elevado en la estación Olivos de la Línea 12 del Metro.

Las actividades comerciales se van reactivando a cuenta gotas dado que aún se mantienen cortes vehiculares, cierres sobre la Avenida Tláhuac, lo que se ha visto reflejado en sus pocas ganancias ante la escasez de clientela.

A nueve meses de distancia de aquel trágico accidente, los pequeños establecimientos aún padecen los estragos con bajas ventas, a lo que se suma que muchos de los comerciantes afectados por la crisis económica derivada de la pandemia de Covid-19 continúan con los trámites para obtener los apoyos ofrecidos por el gobierno capitalino.

“La situación es muy difícil, apenas y sacamos lo justo a pesar de que la gente ya transita con más libertad y la avenida cada día es más transitada. Las ventas no son lo que esperábamos, todo va lento, pero parece que poco a poco esto va agarrando su ritmo”, dijo Ana Avilés, encargada de la Cafetería Murano que se ubica en la Plaza Tláhuac, justo frente en donde la tragedia sorprendió a decenas de usuarios del Metro la fatídica noche del 3 de mayo del 2021.

Esta vecina de Tláhuac señala que aunque se han dado acercamientos con servidores públicos de la CDMX, éstos se han olvidado de los comercios, y es que desde hace más de cuatro meses, asegura, no han recibido ningún apoyo por parte del gobierno de la CDMX.

La Plaza Tláhuac, que antes se caracterizaba por ser un punto obligado de reunión para cientos de residentes de la zona y visitantes, ahora luce vacía, la gente definitivamente no entra, lo que ha ocasionado preocupación entre los locatarios.

“Ahorita con el Fondeso (Fondo para el Desarrollo Social) estamos metiendo papeles para que nos apoyen, esperamos reactivar la plaza lo más pronto posible para que se reactive la economía y tener mayor presencia de clientes”, agregó Ángel Soria, otro locatario de la plaza.

Luego del retiro de la estructura colapsada de la L-12 y la limpieza de escombros en la zona del derrumbe, la circulación sobre Avenida Tláhuac presenta una mayor circulación de autos, aunque la presencia de 500 autobuses del servicio emergente que reemplaza al del Metro complican el desplazamiento.

“Deberían darse una vuelta en las mañanas, como a las seis y media para que vean cómo está aquí, desde Periférico Oriente pasando este tramo, uno se avienta casi una hora para pasar. Le digo porque mi trabajo es en Chalco. En las mañanas yo paso muy temprano y es un problema para cruzar, o sea, no ha cambiado mucho”, dijo Alejandro Pérez, un taxista de la zona.

Para muchos vecinos la zona cero es su principal dolor de cabeza, y es que aseguran que en ese tramo todos los días hay choques con el Metrobús, lo que provoca un caos y retrasos en sus trayectos.

Entre los habitantes de Tláhuac quedó grabado como si hubiera sido ayer el impacto de la tragedia, y es que todavía hay temor de que el viaducto elevado vuelva a colapsar, luego de que se han descubrimiento nuevas grietas en la estructura.

“Siento que las personas que están ahí abajo corren mucho riesgo a que se les vaya a caer alguna de las otras ballenas, muchos de los locatarios siguen con sus actividades, pero existe temor de que algo malo pueda volver a ocurrir, pero la necesidad de llevar algo a casa es mayor”, expresó Sharon Acosta, una residente de la zona.

Otra de las problemáticas a la que se han enfrentado los automovilistas y transportistas en esta “nueva normalidad” es el cobro de cuotas por parte de grupos de limpiaparabrisas, ya que debido a la lenta circulación de los autos, estas personas aprovechan para exigirles entre los 10 y 20 pesos.

“Llevan más de dos meses pidiendo dinero y nada más no pueden quitarlos, de nada sirve que la policía haga sus rondines si no pueden detener a estos ladrones”, señaló molesto Esteban Martínez, un automovilista que no ocultó su enfado por esta situación.

Crónica pudo hablar con oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) quienes confirmaron la presencia de estos delincuentes, y explicaron que aunque han realizado detenciones de estas personas siempre regresan a este punto.

A pesar de esta situación en la zona, vecinos y comerciantes coinciden en que la mejor alternativa que pueden tomar las autoridades es demoler por completo la llamada Línea Dorada.

“No tiene caso rescatar algo que nació muerto, no podemos esperar que otra tragedia vuelva a suceder, lo que necesitamos los vecinos de Tláhuac es que terminen con estas obras y podamos volver a la normalidad”, comenta Erika Camacho, una vendedora de comida corrida cuyo local está sobre la avenida y cerca de la zona donde ocurrió la tragedia.

Aunque la recuperación económica es lenta, los vecinos de Tláhuac esperan que sus problemas sean resueltos, pues aseguran que los estragos del desplome de la Línea 12 ya les ha costado muy caro y cada día parece una pesadilla interminable.

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