Metrópoli

Frialdad y risas del parricida Serment durante los funerales

Las investigaciones de la Procuraduría capitalina sobre el caso sólo confirmaron lo que familiares y amigos del matrimonio sospechaban nada era coincidencia, todo estaba planeado

Un joven con pelo castaño y rizado sonríe a la cámara.
Un joven con pelo castaño y rizado sonríe a la cámara. Un joven con pelo castaño y rizado sonríe a la cámara. (La Crónica de Hoy)

Las investigaciones de la Procuraduría capitalina sobre el caso Serment- Rosique sólo confirmaron lo que familiares y amigos del matrimonio sospechaban, nada era coincidencia, todo estaba planeado.

La frialdad de Benjamín, el menor de los hijos de la pareja, no sólo fue un parteaguas en la investigación llevada a cabo por la PGJ, sino que también la notaron quienes fueron a los funerales de la pareja de cineastas.

En medio del luto que se vivía en los velatorios Gayosso de Sullivan, en fechas diferentes, resaltó la actitud del hijo de León Serment y Adriana Rosique.

Unos lloraban por la forma en que murieron, otros más comentaban las circunstancias poco claras del primer homicidio y lo increíble del segundo, ese que sucedió con tan sólo 24 días de diferencia.

Pablo, el primogénito de la pareja, se mantuvo siempre cerca de los ataúdes de sus padres.

Durante el velorio de Serment, señalaron, Pablo se mantuvo cerca de su padre, miraba la caja donde yacía el cuerpo de quien siempre decía era su mejor amigo. La tocaba y mientras lloraba se preguntaba una y otra vez ¿Por qué a ti papá, por qué?, sin imaginarse que el homicida intelectual se encontrase en el mismo sitio.

En cambio Benjamín se mantuvo alejado, muchos lo vieron en la cafetería del lugar acompañado por Pamela Soto Miranda, la novia, aquella mujer que le ayudase a orquestar ambos crímenes.

Si bien Adriana sabía que su hijo no era muy allegado a su padre, en ese momento no le pasaba por la cabeza que fuese capaz de arrebatarle la vida, ni que posteriormente tramaría su muerte.

“Le llamó la atención a Benjamín por no estar en la sala del velatorio, le dijo que era la última vez que lo iba a ver, sin embargo tal parece que el regaño le entró por un oído y le salió por el otro”, dijo Gabriela “N”. 

El medio cinematográfico se unió al luto familiar, incluso personajes como Guillermo del Toro, Karla Souza y Guillermo Arriaga comenzaron a circular en sus redes una petición en Change.org dirigida para el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, en la que se pedía el esclarecimiento y justicia del caso Serment.

Adriana pensaba organizar una marcha para ser escuchada por las autoridades capitalinas, pues aunque ya no vivía con el director quería tener respuestas, esto sin saber que dormía con el enemigo en casa.

A decir de una amiga de Adriana, quien en repetidas ocasiones colaboró con León, la también productora sabía que algo andaba mal, pero no con su vástago sino con la novia, ésa que desde que inició la relación con su hijo nunca le cayó bien.

Cuando los familiares y amigos supieron del supuesto suicidio de Rosique, sabían que algo andaba mal, aunque el último que pasaba por sus mentes era Benjamín.

“Ella no se suicidaría por la muerte de León, quería que lo resolvieran. Hizo muchas publicaciones en redes sociales al respecto. No fue un suicidio”.

Y mientras esto se susurraba entre los asistentes al velorio de Rosique, las risas de Benjamín rompían el silencio.

Muchos lo defendieron, “Déjalo, quizá es su forma de manifestar su dolor”, “Yo creo que aún no le cae el veinte”, “No tiene que llorar como Pablo, cada uno es diferente”, éstas eran algunas de las cosas que entre los asistentes decían.

Aunque para otros tantos la teoría de que el joven tuviera que ver con la muerte de sus padres fue aún más evidente cuando él y su hermano Pablo, no cruzaron palabra alguna en todas las horas que estuvieron en los funerales de León y Adriana.

Quienes acudieron al velorio de la mujer, comentaron a esta casa editorial que Pablo, el mayor de los hijos, estaba completamente devastado mientras que Benjamín mantuvo siempre una sonrisa en el rostro, denotaba mucha tranquilidad, como si la muerte de su madre no le doliera.

“El olor que despedía el ataúd de Adri era muy peculiar, olía a flores muertas. Como cuando unas rosas llevan mucho tiempo en florero, ese olor tenía”, dijo Héctor.

 Nadie logra entender cómo Benjamín pudo haber sido capaz de matar a sus padres, aunque se dice que fue Pamela quien lo instó a llevar a cabo el plan, dijeron que es difícil creer que un hijo haga tal atrocidad.  

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