
Calzada Ermita, una de las arterias principales de Iztapalapa, Ciudad de México, ha sido durante mucho tiempo escenario de preocupación y temor debido a la inseguridad que se vive en el transporte público que transita por la zona. Los constantes actos delictivos y la falta de medidas efectivas han convertido los trayectos en una experiencia estresante y peligrosa para los usuarios.
A raíz del suceso en el que una mujer fue asesinada a causa de varios impactos de arma de fuego al interior de un microbús del transporte público de la ruta 14, mientras viajaba sobre calzada Ermita y Eje 5 Sur, en la colonia Paraje Zacatepec, habitantes que cruzan por la alcaldía y utilizan el transporte público expresaron su preocupación ante un inminente peligro.
A lo largo de los años, los incidentes de inseguridad en el transporte público de calzada Ermita se han vuelto lamentablemente comunes. Los usuarios son testigos y víctimas de robos, asaltos e incluso violencia física. Los delincuentes operan con impunidad, aprovechando la falta de seguridad y el caos inherente a un sistema de transporte masivo.
Los testimonios de los usuarios reflejan el constante estado de alerta y preocupación al abordar un autobús en calzada Ermita. Relatan experiencias de asaltos a mano armada, robos de pertenencias, acoso y agresiones físicas. Muchos evitan viajar durante las horas pico para reducir su exposición a la inseguridad, lo que limita su movilidad y afecta su calidad de vida.
La ausencia de vigilancia policial dentro de los autobuses y en las inmediaciones de las paradas ha sido una de las principales críticas de los usuarios. La sensación de vulnerabilidad se intensifica debido a la falta de presencia policial y la percepción de que las autoridades no están haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad en el transporte público.
Las consecuencias de esta inseguridad se extienden más allá de los momentos de viaje. Los usuarios afectados experimentan altos niveles de estrés, ansiedad y desconfianza. Además, muchos han sufrido pérdidas económicas significativas debido al robo de pertenencias de valor, como teléfonos móviles y dinero en efectivo.
Ante esta preocupante situación, los usuarios de Calzada Ermita han intentado organizarse y tomar medidas de precaución por sí mismos. Se han formado grupos de vecinos y comités de seguridad que realizan labores de vigilancia ciudadana durante los trayectos. Sin embargo, estas iniciativas, aunque valiosas, no pueden reemplazar una respuesta integral y coordinada por parte de las autoridades.
La comunidad exige a las autoridades locales y a las empresas de transporte público una acción decidida para abordar la inseguridad en Calzada Ermita. Solicitan la implementación de cámaras de vigilancia en los autobuses y en las paradas, mayor presencia policial en las rutas más vulnerables y protocolos de seguridad más estrictos.
En este escenario, es fundamental que las autoridades asuman la responsabilidad de proteger a los ciudadanos que utilizan el transporte público en Calzada Ermita. La cooperación entre la policía, los operadores de transporte y la comunidad es esencial para brindar soluciones reales y efectivas que garanticen la seguridad y tranquilidad de los usuarios.
Calzada Ermita, en Iztapalapa, enfrenta un desafío inmenso en cuanto a la inseguridad en el transporte público. La lucha diaria de los usuarios para evitar ser víctimas de delitos refleja la necesidad urgente de acciones concretas y coordinadas por parte de las autoridades para proteger a quienes dependen de este medio de transporte. Solo a través de un compromiso real y una colaboración estrecha será posible devolver la confianza y la seguridad a los usuarios de Calzada Ermita.
Ante el incidente en el que la mujer de 30 años de edad fuera ejecutada mientras viajaba a bordo del microbús en Ermita, el Congreso de la Ciudad de México solicitó conocer los resultados de la Guardia Nacional en Iztapalapa desde su llegada en 2019, pues consideró, los índices de criminalidad han aumentado.
“Ayer, una mujer fue asesinada abordo de un microbús sobre Calzada Ermita Iztapalapa; también hace unos días, hubo una balacera cerca de un mercado en la colonia Juan Escutia, donde dos personas murieron.
“Hoy en día caminar por Iztapalapa es muy peligroso, no se diga sobre la Zaragoza donde los asaltos en peseros y combis son prácticamente diarios, pero la víctima no denuncia porque lo ve como una pérdida de tiempo y nunca hay investigaciones concretas”, expuso el diputado local del PAN, Luis Chávez.
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