Durante la semana del arte, Gran Salón "Laguna" llega a la Ciudad de México como un espacio en el que vibrantes exposiciones de líderes de la cultura, gastronomía, la pintura y la escultura se posan en uno de los inmuebles más emblemáticos de la colonia Doctores en la alcaldía Cuauhtémoc. En ese espacio, ilustradoras como Luisa Salas, alias "Hola Lou", exponen una manera distinta de retratar la pintura, pues a diferencia de las obras convencionales, en sus creaciones utiliza el deporte, la música y las sensaciones que humanas transportan a los habitantes de la metrópoli a un mundo que combina las influencias latinas con las europeas. Las características figuras geométricas que plasma en sus obras la han llevado a colaborar con marcas como Bershka, Spotify, Nike, Apple, Samsung, corporativos líderes en ventas de equipos telefónicos, ropa y artículos de moda.

Además, los visitantes de la exposición podrán visitar el "Bar Mini", un estilo de cafetería poco convencional en el que en una terraza muy reducida, se pueden degustar platillos mexicanos realizados de manera personalizada para el comensal, con la particularidad de que mientras come y bebe, aprecia pinturas y retratos de artistas de talla internacional, ya que su estilo íntimo pone al alcance del visitante las obras de arte a pocos centímetros de las mesas.

Del cinco al 11 de febrero, los capitalinos y habitantes de otras regiones podrán vivir la experiencia completa del arte en el número 181 de la calle Doctor Lucio.

En su cuarta edición, "Art Week Laguna", es una feria de arte contemporáneo y oficios en el que convergen la diversidad y calidad de las expresiones creativas, como es el caso de la primera de las exposiciones de "Hola Lou", donde Luisa Salas y su atrevida simplicidad muestra el arte como una conceptualización de sentimientos y al diseño como una idea desarrollar que junto a sus experiencias personales, la llevó a ser uno de los referentes más importantes de marcas líderes mundiales. 

En sus pinturas, la influencia internacional la lleva a construir formas, líneas y esferas armónicas y simples, sin embargo, la elegancia y su radical manera de observar el deporte y las bellas artes, la hace "descomponer" las notas musicales o el equipo deportivo y de esta manera hacer "una burla hacia lo simple".

"Mis obras son una recopilación de quién soy, de lo que consumo, lo que pienso y lo que desecho, los viajes y la gente que conozco, estoy a favor de que la gente desarrolle su vida en relación a lo que consume porque somos lo que hacemos y conocemos. A lo largo del tiempo se ha considerado el arte comercial como algo que no es arte y quiero retar esa idea porque detrás de ello hay un proceso mucho más largo al de solamente pensar algo y plasmarlo, hay un desarrollo, historia y concepto, aunque también retar a que tiene que ser personajes y figuras humanas, de repente ver algo tan abstracto y minimalista implica retarnos a hacer algo complejo, un sentimiento super desarrollado", narró.

"Inicié con Hola Lou en 2017, no había plan, es fácil dejarnos llevar por quien tenga el apellido más chido o la escuela más padre, pero la niña que no tuvo educación de prestigio tuvo ese reto. Mi arte se trata en simplificar, que hable por nosotros mismos, me encanta el deporte, la música, acostumbro que esté en mi trabajo, por muy minimalista que sea, los colores muy brillantes por la influencia del Caribe, ese fue el lugar que vio nacer a Hola Lou".

"Ese sitio me dijo: despierta, ve lo que hay a tu alrededor, en ese momento no había pinceles bonitos y se volvió un ejercicio de ver al exterior, los colores y con solamente un lápiz, ver qué hacía con eso. Cuando acabo de conocer a una persona lo plasmo, siempre les digo que la inspiración está en todos lados, observa a tu lado, hay plantas rarísimas o en la canción que escuchas analiza cada instrumento", relató.

"Hay artistas que utilizan los mismos cuatro colores en toda su trayectoria y me pregunto si no van a utilizar nada más, a mí me encanta que un día hacemos algo para Nike, al otro día una dirección creativa, al siguiente hay que trabajar con músicos y esa actitud multidisciplinaria es la que a mí me llena, es un extracto de mi tiempo libre".

"Bar Mini", el acogedor espacio que entre cada sorbo de café, el asistente convive con los artistas

En otro de los espacios del inmueble alberga al "Bar Mini", que como su nombre lo dice, un espacio de cuatro por cuatro metros convertido en terraza, es lo suficientemente cómodo y agradable para que el visitante se detenga a tomar una taza de café o a comer un bocadillo. 

Lo distinto a otras cafeterías es que en su poca extensión, se puede apreciar del arte de distintos colaboradores internacionales como María Luke y Power Paola, con la finalidad de que el arte se conozca en la metrópoli, pero también a nivel internacional, como Uruguay, Argentina, Londres y París. A diferencia de un cuadro que solamente funciona como decoración, en este caso, los retratos tienen un discurso detrás de ellos en el que los asistentes pueden conocer el coleccionismo joven.

Además, para generar alianzas entre artistas extranjeros con mexicanos, el proyecto está estrechamente relacionado con Morton, casa de subastas para entender el coleccionismo como una parte de la ilustración mexicana, es decir, que cuando una persona adquiera un cuadro, lo asimile como una inversión y la colección de arte.

Sombras que conviven con el inquietante inmueble

Otra de las exposiciones que alberga el inmueble es "En las sombras, nuestros fantasmas asechan", donde el espionaje y la ciudad confluyen. En ella participan artistas de mediana carrera de la escena local, cuyas obras revelan una visualidad ansiosa y paranoica al introducir en el espectador la era de la vigilancia.

Lo atractivo de esta sección es que las misteriosas esculturas y pinturas conviven en el tenebroso inmueble. El predio, que a propósito mantiene sus características pasadas cuando fungía como una fábrica textil fundada en 1910 y que finalizó operaciones en el 2015, con sus paredes grises oxidadas y sombríos espacios, albergan obras con demasiadas sombras o que emulan al cuerpo humano de manera distinta, como manos que sostienen ojos con nervios ópticos o caricaturas en forma de cómic que intentan escapar de una realidad inquietante.

Alicia Ayanegui, Enrique Arriaga Celis, Daniela Bojórquez Vértiz, Virginia Colwell y Raquel Bañón Sodini, Manuela García, Leo Marz, Jonathan Miralda Fuksman, Daniel Monroy Cuevas, Paloma Rosenzweig, Oswaldo Ruiz, son algunos de los artistas que adornan esta exposición.

El objetivo de la exposición es transmitir la sensación de estar continuamente observado por cámaras o maneras de rastreo actuales, una vivencia paranoica y cómo el artista puede actuar políticamente y en clandestinidad. La antigua fábrica aún conserva sus barricadas utilizadas en la época revolucionaria y se mantienen en el sitio para plasmar el bloque de visión hegemónica y de control.