Ante la inminente temporada de lluvias, surge una gran preocupación por parte de usuarios debido al funcionamiento de varios de los trenes que, más que hacer un recorrido plagado de retrasos y embotellamientos, denotan un evidente deterioro en las instalaciones lo suficientemente alarmante como para que pasajeros exijan una revisión.

El Metro de la Ciudad de México vuelve a ser blanco de críticas al ser señalado debido a problemas en su operación y la condición de las estaciones y convoyes que utilizan más de 4.6 millones de pasajeros al día, en especial los que conforman a las líneas 3 y 9 por un “reprobable servicio”.

Por lo anterior, Crónica realizó un recorrido por la red de transporte y pudo constatar a través de los usuarios que en repetidas ocasiones suelen suceder imprevistos o incidentes que han ocasionado que una gran parte de ellos decidan utilizar otras alternativas de transporte de la capital para llegar a su destino.

Al abordar por la terminal Indios Verdes de la Línea 3 con dirección a Universidad en un día de lluvia, se pudo dar cuenta de que las personas se tienen que amontonar en el medio del anden en espera de que un tren se detenga y no sea mandado vacío hacia otra estación.

Los rostros de extrañeza aparecen una vez que se logra abordar al convoy y este comienza a avanzar con constantes tropiezos, y tras frenar una y otra vez, un chirrido proveniente de todas partes se convierte en un acompañante más del trayecto.

“Son varios ruidos los que se escuchan en el Metro cuando te subes, no sabes si va a llegar a la otra estación o se va a quedar ahí, es como viajar en un auto descompuesto, en el que esperas a que llegues a un lugar seguro para entonces poder revisarlo o repararlo”, dijo Fernando Vargas, pasajero.

Algunos declararon que el camino se va arreglando luego de cruzar por el túnel de la interestación ubicada entre Potrero y La Raza, pero aunque el problema se ve amortiguado brevemente, la marcha sigue siendo lenta y las estaciones más concurridas continúan acumulando gente.

“Uno pensaría que los fines de semana la marcha será continua, como el Metro presume la mayoría de veces, pero la realidad es que los trenes no pasan hasta que se hayan acumulado muchas personas en las estaciones, y peor con lluvia, porque es el calor, la espera, lo lleno y las veces que se para en los túneles sin que se sepa a qué hora vaya a avanzar. Yo creo que ya es grave lo que pasa, porque no sólo es en la Línea 3, sino en todas, independientemente de si sale al exterior, o si es férreo, como la Línea A”, expresó otro usuario.

La situación es similar en la Línea 9, aunque el tramo elevado ubicado entre Mixiuhca y la terminal Pantitlán corre con peor suerte. Aunque ya es normal que la marcha de trenes se vea reducida una vez que corren por el alto viaducto, esta se vuelve peor ante una tormenta. Aun cuando no se ha registrado algún accidente provocado por un chubasco, hay quienes sugieren que la ruta se mantenga cerrada hasta que aminore la precipitación como acto de prevención.

“No puede ser que el Metro siga dando servicio en la Línea 9, aun cuando se registran lluvias tan fuertes y hay claras fallas en las estructuras y trenes. Los que estamos en riesgo somos nosotros los usuarios y los que operan los aparatos. Esta época de lluvias sólo va a mostrar lo mal que está el transporte y todas las demás líneas”, apuntó una ciudadana.

Por su parte, el Sistema de Transporte Colectivo Metro sólo ha manifestado que el avance de los trenes se mantendrá lento en días con lluvia por seguridad y exhortó a tomar previsiones.