María Rojo, exdelegada de Coyoacán compró en 2003, en contubernio con el Gobierno del Distrito Federal, el edificio conocido como “El Parián” por más de 99 millones de pesos; sin embargo, el índice de precios de la vivienda en la ciudad en ese tiempo lo valuaba en menos de 47 millones de pesos.

A 18 años de haber sido adquirido el inmueble no tiene ninguna utilidad pública, está en total abandono y representa un foco de infección para los habitantes colindantes que ya está lleno de basura y los vecinos aseguran que hay fauna nociva en el sitio.

Los habitantes de la colonia han solicitado en reiteradas ocasiones han pedido un plan de rescate integral, sin embargo, no han sido escuchados.

Hace unos días surgió el rumor en el Barrio de San Lucas de que el inmueble del Banco del Atlántico fungiría como cuartel de la Guardia Nacional, los vecinos de la colonia se manifestaron y colocaron cartulinas y lonas rechazando la propuesta motivo por el que el alcalde Giovanni Gutiérrez aseguró que se someterá a una consulta y se tomará en cuenta la voz de los vecinos para llevar a cabo un proyecto en “El Parián”.

En octubre de 2002, la Oficialía Mayor del extinto Gobierno del Distrito Federal envío a la delegación Coyoacán un avalúo del predio que cuenta con 10 mil metros cuadrados de extensión y mil 500 de construcción, en el que se establecía un costo máximo de 121 millones de pesos.

En diciembre de ese año, el entonces subsecretario de Egresos del GDF, Gustavo Ponce, quien purgó una sentencia de diez años en la cárcel por enriquecimiento ilícito, fraude y cohecho, informó a la delegada que tenía autorizados 82 millones de pesos del Presupuesto de Egresos 2003, mismos que podría ejercer a partir del 1 de enero de ese año, para realizar trámites  y contraer compromisos que le permitieran realizar proyectos, obras y servicios bajo el esquema de “recurso etiquetado específico en la actividad  denominada conservar y mantener inmuebles públicos”.

Crónica realizó un recorrido por la zona, el inmueble permanece cerrado y en su interior se observa basura y restos de artículos que usaban personas en situación de calle que pernoctaban en el edificio; de acuerdo con vecinos del lugar, durante la administración de Negrete el inmueble era punto rojo de venta de drogas.

“Aquí vivían unos muchachos que vendían droga, no podías ni pasar porque te decían cosas y amenazaban. Ahora que llego el nuevo alcalde hay un poco más de vigilancia”, contó Ernesto Torres.

El exterior permanece pintado de rojo y aún tiene el nombre del Grupo Financiero GBM Atlántico, también hay grafittis y cartulinas pegadas así como hojas de diversos anuncios.