
Las calles se volvieron a llenar con cientos de pequeñines pidiendo su calaverita; después de más de un año de estar confinados en casa y perderse está tradición, hoy por fin pudieron disfrazarse de su personajes favoritos, como es el caso del juego del Calamar (los rojos), calabazas, brujitas, zombies, vampiros y muchos más ingeniosos.
Crónica realizó recorridos por el monumento a la Revolución de la CDMX y hasta en una colonia del Estado de México; en ambos sitios pudo notar que los niños acompañados de sus papás se dieron la tarea de salir de casa para llenar sus bolsas de dulces.
Kevin decidió disfrazarse del Payaso Eso por lo que nos comentó: "el año pasado no salí a pedir dulces, no se podía me decían mis papás”.
Otros peques iban con sus primos y nos dijeron: "Ay, no salimos a pedir dulces el año pasado por la pandemia y ahorita estamos contentos, ya llevamos muchos dulces que nos dan”.
Gael, impactando con su disfraz de Siren Head tuvo que cargar doble bolsa porque ya no le cabían.
Después de que la CDMX y el Edomex pasaron a semáforo verde, la rutina de la gente empezó a normalizarse, las calles y el transporte público se ven con más afluencia y los eventos al aire libre regresaron. La ilusión de los niños volvió a reflejares en sus caritas sin dejar a tras el seguirse cuidando del COVID-19.
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