Tras 2 años y 9 meses de espera, habitantes de la zona oriente de la Ciudad de México volvieron a viajar en el tramo elevado de la Línea 12 del Metro, que va de Tezonco a Tláhuac y que permanecía cerrado debido a las obras de rehabilitación y reforzamiento.

Con la promesa de una mayor seguridad y resistencia, las autoridades de capitalinas celebraron la conclusión de las obras de rehabilitación. Sin embargo, para muchos usuarios, el regreso al transporte público más rápido y económico de la capital se mezcla con el recuerdo de la tragedia y el temor de que se repita.

Desde las 5 de la mañana, usuarios confundidos arribaron a las puertas de las seis estaciones del tramo, pero se encontraron con que continuaba cerrado. "No ocupé la ruta del Metrobús porque habían dicho que hoy abrirían", expresó una ciudadana confundida a las afueras de la estación Nopalera. Ante las quejas, las autoridades les indicaron que el tramo sería reabierto durante el transcurso del día, pero sin dar una hora exacta.

No fue hasta alrededor de las 11:40 horas que el jefe de Gobierno local, Martí Batres, abordó uno de los trenes que recorrió las seis estaciones desde Tláhuac. Durante el trayecto, el mandatario se mostró confiado y seguro del cambio positivo que implica la reapertura total de la línea que va de Mixcoac hasta Tláhuac.

"Los habitantes de Tláhuac e Iztapalapa tendrán una línea segura y supervisada a través de instrumentación por el Metro y por el Instituto de Seguridad de las Construcciones. Previo a esta apertura se llevaron a cabo pruebas de carga estáticas y dinámicas", expresó.

En contraste, el público que arribó al convoy se mostró entre contento y nervioso por volver a viajar en la llamada "línea dorada". Algunos usuarios dijeron sentirse confiados de las autoridades y de los trabajos que se hicieron para garantizar la seguridad de la estructura, mientras que otros manifestaron su temor de que se repitiera la tragedia.

"Me da gusto que ya esté funcionando, porque me ahorra mucho tiempo y dinero. Entre el tráfico y las multitudes fácil me hacía dos horas. Tenía que tomar dos camiones y el Metrobús para llegar a mi trabajo, y ahora solo tomo el Metro. Espero que hayan hecho bien las cosas y que no vuelva a pasar lo que pasó", dijo Roberto, un comerciante de 45 años que vive en Tláhuac y trabaja en el Centro Histórico.

Por otra parte, Elena Reyes, una ama de casa de 38 años que vive cerca de Olivos, comentó que le da miedo subirse al Metro, pero que no tiene otra opción. "La verdad es que sí siento nervios, porque uno nunca sabe qué puede pasar. Pero pues no hay de otra, porque los camiones están muy caros y tardan mucho. Ojalá que Dios nos cuide y que no se caiga otra vez", expresó.

Cerca de las 13:00 horas, la afluencia de usuarios se incrementó notablemente, sobre todo en las estaciones más cercanas al centro de la ciudad, como Periférico Oriente y Culhuacán. Entre la multitud se encontraba Luis, un estudiante universitario que vive en Iztapalapa y que usa la Línea 12 para ir a su escuela en Coyoacán. "Estoy muy emocionado de que ya haya vuelto el Metro, porque es el medio de transporte que más me gusta. Es rápido, cómodo y barato. Además, me gusta ver el paisaje desde el tramo elevado. Se ve muy bonito", comentó. Luis dijo que no tiene miedo de que se vuelva a caer el Metro, porque confía en que las autoridades y los ingenieros hicieron un buen trabajo. "Creo que ya lo revisaron todo y lo reforzaron bien. No creo que vuelva a pasar algo así. Además, hay que tener fe y esperanza. No podemos vivir con miedo", opinó.

El cierre de la Línea 12 dejó una huella imborrable en la memoria colectiva. Sin embargo, también se abre una nueva etapa de confianza, en la que los usuarios recuperan su derecho a una movilidad digna y segura. La Línea 12, que conecta a más de 400 mil personas al día entre el oriente y el poniente de la capital, vuelve a ser el símbolo de una ciudad que se levanta y se reinventa ante la adversidad.