Metrópoli

“¿Niños de la calle? ¿tú has visto? ¿dónde?”

La directora del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la CDMX, Nadia Troncoso, dice que en albergues de atención a indigentes no hay maltratos y asegura que eso existía en la administración pasada.

Entrevista

Crónica observó a menores en situación de calle en la alcaldía Cuauhtémoc, en Reforma, Revolución y Juárez.

Crónica observó a menores en situación de calle en la alcaldía Cuauhtémoc, en Reforma, Revolución y Juárez.

Jorge Zubieta

Nadia Troncoso, directora ejecutiva del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la Ciudad de México (IAPP), asegura que no tiene notificaciones de niños en situación de calle en los 38 sectores que vigila en las 16 alcaldías.

En entrevista con Crónica, señaló que en los albergues que administra el Instituto, especialmente El Coruña, no hay maltratos contra los indigentes que llegan, como se rumora, y aseguró que esos casos pasaban en la administración anterior.

Este diario le hizo notar que documentó quejas de indigentes que aseguraban haber sido maltratados en El Coruña, donde los despojaron de pertenencias que luego tiraban a la basura, además de que fueron llevados por la fuerza y recibieron agresiones verbales.

Incluso, se le comentó que algunos indigentes revelaron que le temen al personal de la SIBISO (Secretaría de Inclusión y Bienestar Social).

–¿Qué pasa con los niños que están viviendo en la calle?

“Yo tengo esa duda, ¿niños de la calle? ¿tú has visto? ¿dónde?, respondió con una pregunta la titular del Instituto, quien se mostró sorprendida.

–En Buenavista.

“Pero en Buenavista ¿dónde específicamente?”

-Alcaldía Cuauhtémoc, Reforma, Revolución y Juárez, respondió esta reportera para indicarle la ubicación, pero repentinamente pasó a ser la entrevistada.

“Justo yo necesito saber en qué demarcaciones, porque en mis 38 rutas que llevo no tengo menores identificados, a mí me gustaría saber qué menores son y dónde están para atenderlos: primero que nada, llegar y conocerlos”, señaló.

–¿Qué pasa con las personas que llegan con hijos en los albergues?

“Tengo un área específica para mamás con niños que se llama Villa Mujeres y tengo otra para papás con hijos; cuando aceptamos hombres con hijos es en un entorno cuidado y es por eso que nos comprometemos como equipo interdisciplinario. Cuando hay niños es importante tener un montón de especialistas y todo lo que hacemos con los niños es en compañía del DIF”.

–¿Cómo funcionan los albergues?

“Lo que hacían en el sexenio pasado era llevar a la gente a los albergues y ahí se quedaban, les daban de comer, se podían bañar y hacían dinámicas de diversión como jugar cartas, pero no hacían una intervención más profunda con ellos y entonces lo que hicimos nosotros fue transformar un centro de canalización y transformación en cuatro etapas, que consiste en acercamiento, atención, activación y acompañamiento”.

—¿Cuál es el primer paso?

“Primero los paso con un psiquiatra, posteriormente con un adictólogo, que déjame decirte que hay muy pocos en la Ciudad de México y yo me conseguí algunos de la alcaldía Venustiano Carranza. A veces (las personas) que llegan al albergue traen una toxicidad de moderada a severa, y lo que hago es medicarlos de acuerdo con el padecimiento mental y ya después platicamos con ellos, para tener una intervención más clara, les preguntamos ¿cómo te sientes? ¿quién eres? ¿quiénes son tus familiares? ¿te acuerdas del teléfono? para así tratar de investigar los lazos familiares”.

Personal del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la Ciudad de México no desconoce la existencia de niños viviendo en vía pública.

Personal del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la Ciudad de México no desconoce la existencia de niños viviendo en vía pública.

Jorge Zubieta

¿Qué procede después?

“La segunda (de las etapas) es la atención, en la que ya nos dijeron quiénes son y de dónde vienen, si se prostituían, se drogaban o simplemente no quieren trabajar y atenderse, pero cuando aceptan la ayuda ya los atendemos, y por eso tenemos convenios con varias instituciones donde reciben un tratamiento de desintoxicación durante 3, 6 o 9 meses. Posteriormente los regreso al albergue que es El Coruña y (ya en el albergue) ellos deciden si se quedan o se van, ya que todos los albergues son de puertas abiertas, no somos una penitenciaria, somos (una institución) de sector social, no una procuraduría”.

—¿Se ampliarán los espacios vigentes?

“Déjame decirte que vamos a inaugurar un inmueble en diciembre que será el albergue San Miguel, que justo nos va a servir para recibir a personas que salen del toxi y así no mezclarlos con los que solamente van de entrada por salida y no quieren una ayuda, entonces lo que hice es dividir El Coruña del lado izquierdo que son los que llegan y se van; y del lado derecho los que van saliendo del toxi, pero eso no implica que les voy a quitar sus cosas en la entrada, porque violaría sus derechos, pero es que luego sus cosas huelen a mota y entonces a los que están en el otro extremo les llega ese olor. Esta ha sido una inversión muy grande por parte de la Jefa de Gobierno, y cuando se lo platicamos nos dijo ‘denle’, así que ya en unos días vamos inaugurar este nuevo albergue”.

—¿Y de las otras etapas del programa?

“La tercera es la activación cuando ya nos dice que necesita trabajar, continuar con su proyecto educativo o aprender un oficio. Y la cuarta es el acompañamiento, es este el paso de la muerte más complicado, porque una cosa es que se decidan, pero luego cambian de opinión, entonces como institución sustituimos a la familia, porque eso es lo que somos, una familia”.

— Cuando van las camionetas de SIBISO ¿se les obliga a subir si no quieren?

“No, para nada, nunca. En el sexenio pasado si hubo levantamiento forzado y limpieza social en la Cuauhtémoc y Venustiano Carranza”.

Esta reportera comentó a la titular de la IAPP que algunos chicos le revelaron que les tiraban sus cosas y los subían a las camionetas por la fuerza, lo que echa por tierra el protocolo anunciado por la Jefa de Gobierno en 2020, que indica que se deben respetar los derechos humanos de estas personas.

—¿Qué sucede si se llegaran a presentar estos casos?

“Claro, son realidades encontradas, y es por eso que nos reunimos, y es que cuando yo llegué analizamos la forma en cómo atenderíamos a estas personas y por eso decidí hacer el modelo de las cuatro A”.

—¿La patrulla por qué no hace nada, si cada bandita tiene un líder y éstas les venden solventes?

“En el sexenio pasado los policías tenían la orden de no llevárselos, aunque los indigentes estuvieran acuchillando (a alguien). Nosotros somos el sector social y lo que hacemos es avisar siempre y cuando veamos en las cámaras del C5 que hay alguien vendiendo activo, entonces ellos (la policía) hacen su investigación y sus indagatorias. Mira, cuando yo llegué había un montón (de gente) vendiendo activo y los empezamos a identificar en Revolución, Artículo 123 y afuera del (Teatro) Metropolitan, entonces pudimos arrestar al dealer Darwin, quien está ya en la cárcel”.

—Sobre jóvenes indigentes desaparecidos ¿tienen reportes?, por ejemplo, ¿de Hermelinda e Irving?, son jóvenes que están desaparecidos hace cinco meses.

“Hermelinda está con nosotros, ella está en Atlampa, que es el centro para discapacitados. A esta chica cuando la recogimos ya estaba muy mal, andaba con uno de los (jóvenes) que venden activo, así que pues imagínate como estaba, aparte está en sillas de ruedas, sus músculos están atrofiados, pero ya estamos trabajado en su rehabilitación, estamos esperando que ella reaccione y si nos dice que quiere nuestra ayuda adelante, con mucho gusto”.

—¿Sobre Irving?

“Del otro nombre no tengo información, pero lo vamos a buscar”.

—¿Cuál es el presupuesto que se destina a este programa de asistencia?

“El presupuesto es de 3 millones de pesos que la Jefa de Gobierno autorizó para tener un nivel de primera en este sector. En promedio se invierte entre 8 mil y 15 mil pesos en cada persona de la calle que llega a algunos de nuestros albergues para recibir atención”.