El fin de semana pasado, en el centro comunitario Sociedad Veintiuno, ubicado en El Pocito, una de las colonias más pobres de la alcaldía Álvaro Obregón, Ario Higareda, directivo y consultor de Dunamis y Humberto Morgan, vicepresidente del Observatorio de Seguridad Ciudadana ProMéxico, dieron el arranque a la primera sesión de capacitación de activistas de diversos orígenes y estratos sociales.
En las instalaciones de este centro -que hace más de 40 años fue un área de lavaderos comunitarios y después, los entonces chavos banda de la zona rehabilitaron y administran hasta la fecha- se dieron cita más de 30 líderes que se agrupan en el Observatorio de Seguridad Ciudadana ProMéxico y los miembros de Comunidad Dunamis, empresa social, cuya finalidad es el impulso de programas integrales, empleando para ello la consultoría gratuita con objeto de desarrollar y potencializar la misión de asociaciones civiles.
Con la encomienda de visualizarnos como mexicanas y mexicanos, independientemente de nuestro origen étnico, social o político, Ario Higareda impartió el curso Liderazgo para Transformar de Verdad, en el que destacó que somos herederos de ocho grandes crisis: la sanitaria, la política, la económica, la familiar, la social, la de principios y valores y por si fuese poco, la de futuro con la invasión de Rusia a Ucrania.
Enfatizo el papel que debemos asumir como generación de la transición y el compromiso social, que es necesario adquirir para desarrollar un emprendimiento responsable, que vaya escalando desde el autoliderazgo, hasta el liderazgo comunitario para transformar nuestra realidad y la de quienes nos rodean.
Los participantes interactuaron en diversas dinámicas y juegos que permitieron una gran camaradería y un aprendizaje experiencial.
Al concluir las actividades de esta primera jornada, Humberto Morgan agradeció a los integrantes de Dunamis su esfuerzo y aportación a los lideres de Álvaro Obregón y recordó el año de 1988 cuando conoció a Ario, como un estudiante y líder de un grupo interuniversitario que tenía asiento en la universidad Iberoamericana. En ese tiempo, Morgan era dirigente de una organización de chavos banda y juntos impulsaron el acercamiento entre jóvenes de distintos niveles económicos, que dio como resultado el respeto y trabajo social conjunto en el pueblo de Santa Fe.
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