Metrópoli

Perros hambrientos devoran al más débil de la manada

La PAOT ignora denuncias de vecinos que exigen solución al problema

Perros callejeros en busca de alimento
canes canes (La Crónica de Hoy)

Una casona vieja en la colonia Obrera es la guarida de 12 perros; 11 vivos y uno que sirve de alimento para los otros.

Hace 4 años un hombre dejó en el inmueble, ubicado en José Joaquín Pesado en la Cuauhtémoc, a dos perros (un macho y una hembra que se reprodujeron con el tiempo); el objetivo era que cuidarán las ruinas de lo que fue una casa que quedó abandonada desde hace más de 20 años; la razón, de acuerdo con los dichos del sujeto, es que en los alrededores han sido invadidas algunas propiedades.

Ahora sólo son una docena de canes, los demás fungieron de alimento. La selección natural es clara, el más grande devora al más pequeño; y de los 30 que llegaron a ser, ya no viven ni la mitad.

El peligro está latente, pues además de padecer inanición y sed, los animales duermen sobre el techo -que en algunos lugares ya se derrumbó- entre tablas, láminas y basura.

Un año después de que los animales fueran abandonados en la casona comenzaron a reproducirse. Los vecinos tomaron cartas en el asunto y acudieron a la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT); y aunque hubo una breve respuesta en ese entonces por parte de la dependencia, no se llevó a la práctica.

Los quejidos de los perros se han convertido en la música de fondo del lugar; algunos vecinos dicen que ya se acostumbraron, así como a los aullidos y el ladrar de los animales.

“Se escucha todo el día. Los pobres están muertos de hambre y es horrible ver como se matan entre ellos, imagínate escuchar a tantos perros chillando y ladrando. A veces es molesto y en otras triste, el llanto es triste”, señaló Mónica.

La mujer acudió nuevamente a las oficinas de la PAOT a levantar una queja. Sin embargo, le indicaron que tenían que presentar 20 denuncias para poder atender la problemática.

“Una queja no es suficiente. Tengo que llevar un puñado para que me atiendan. Es una estupidez”, condenó la mujer.

El olor a orines, excremento y perro muerto se percibe a dos calles a la redonda. La última denuncia fue puesta en línea, pues debido a la pandemia por la Covid-19 las citas para acudir a la procuraduría están saturadas.

De acuerdo con el correo que fue emitido por la dependencia del gobierno capitalino atenderán la querella con número de expediente PAOT-56268 por maltrato animal.

Otro de los problemas que les preocupa a los vecinos es el evidente daño estructural que presenta el inmueble. Contaron que parte del techo se cayó el pasado 19 de septiembre del 2017 tras el terremoto que azotó a la capital del país.

“Si se viene abajo se van a morir esos animales. El dueño viene cada que quiere, nosotros les aventamos comida, pero es inhumano que estén ahí. Ya no sabemos que más hacer, la PAOT nos ignora. Va más allá de la queja. El que estén ahí es un foco de infección para nosotros”, agregó la mujer que vive a un costado del inmueble desde hace 10 años.

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