Metrópoli

“Seguimos en las mismas, en la pobreza, pero llegamos más rápido con el Cablebús”

 La transformación física de la ciudad no sólo cambia la manera en la que las personas se mueven dentro de ella, sino sus prácticas y emociones

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Ventas postCovid

Foto: Ventas PostCovid

 

Atrevernos a pensar que el Covid-19 es cosas de ayer es una idea rotundamente equivocada. Aunque, para muchas de las personas que habitan la Alcaldía Iztapalapa, la idea de que esto “ya pasó”, y desde hace bastante tiempo, es una realidad.

No hace falta recordar la incredulidad de millones al inicio del confinamiento, y tampoco la negación que muchos tenían respecto a vacunarse o no. Sin embargo, las personas más marginadas de México no pudieron parar de moverse y trabajar para ganarse "el taco" de un día más.

Lejos del clasismo, el privilegio, lo blanco o lo negro. Pensar en las realidades que cohabitan unas con otras, es nuestra responsabilidad. Reconocer que, a pesar de que muchas zonas de la mencionada Iztapalapa jamás se detuvieron, sí hubo cambios; nuevas maneras para salir de compras, nuevas formas de atender, de esperar, incluso de pagar.

Iztapalapa

Foto: Iztapalapa

 

Es sobre la calzada Ermita Iztapalapa, que abarca de calzada de Tlalpan a Zaragoza, donde la realidad se transforma de acuerdo a los deseos de los ciudadanos. Por ejemplo, a las afueras de la Vocacional 7, anterior sede de vacunación contra el SARS-CoV-2, poco a poco más puestos ambulantes empiezan a aparecer, aunados a todos los que ya están y se desbordan por la acera, casi impidiendo el paso de la gente. Y es que no es algo que se esté dando de la nada; no es solo la necesidad de trabajar la que llama, sino, además, la de tomar los sitios, por no decir adueñarse de ellos, ya que el nuevo trolebús elevado, que marchará de Metro Constitución de 1917 a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México Casa Libertad es la que da apertura a este tipo impulsos. Cabe destacar que, de acuerdo a Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Cdmx, el avance del mismo ya se encuentra en un 75%.

Para Doña Marcela, que tiene un puesto de frutas y verduras justo enfrente de la Vocacional 7 desde hace más de 10 años, asegura que cuando recién llegó al sitio eran pocos los que le hacían competencia. Con el paso de los años, tanto enfrente de su puesto como atrás de él, el ambulantaje comenzó a invadirla; todos sobre la banqueta e, incluso, debajo de ella. “Parece tianguis todos los días”, comenta. Asegura que durante la pandemia hubo un par de meses que dejo de trabajar por el miedo que implicaba simplemente el salir a la calle, aunque muy pronto todo volvió a la normalidad y, además, ella no podía darse el lujo de detenerse como otros tantos lo hicieron, pues “los ahorros no eran suficientes para no trabajar todo un año o más” afirma.

La transformación física de la ciudad no sólo cambia la manera en la que las personas se mueven dentro de ella, sino sus prácticas y sus emociones. Hablar de pandemia o post-pandemia y transformación es acertado en muchos sentidos. No todo es hablar sobre las pésimas decisiones del gobierno, sino como ‘las decisiones’, afectan a las personas.

La reciente inauguración de la línea 2 del Cablebus, además de adentrarse en unas de las zonas más marginadas de la Cdmx, como lo es en general la Alcaldía Iztapalapa, no sólo cambió la forma en la que los usuarios se transportan a sus casas, sino que las zonas donde se ubica cada estación ya no son las mismas; las transformaciones son evidentes y es que son las personas, las que por necesidad u oportunidad de negocio, ahora venden todo tipo de cosas a las afueras de este transporte: comida corrida, ropa, pan, dulces. Se han abierto negocios desde peluquerías hasta pequeños sitios de comida. Ahora hay más formas de transportarse y es innegable que a la población de alrededor les ha caído de maravilla.

Foto: Alier Blancas

Foto: Alier Blancas

 

Para Jovani Martínez, reparador de celulares y temporalmente ‘viene, viene’ en la nueva base de taxis de la estación del Cablebús Las Torres, comenta que “Ya hay más luminaria, transporte y es mucho más seguro caminar por algunas partes, seguimos en las mismas, en la pobreza, pero ahora llegamos más rápido por el Cablebús”, además que, en cuanto a la movilidad a altas horas de la noche, antes del teleférico, no era posible transportarse, al menos no en combi o microbús: “Ahora ya pueden llegar las personas a las once de la noche y pueden tomar un taxi” afirma. Mientras grita “Taxi, taxi” y se frota las manos un tanto sudorosas, le da la espalda al sol de la tarde y continua: “En micro, para metro constitución te hacías una hora y media, ahora son 20 minutos”.

“A nosotros como base de taxis nos conviene que la ciudad esté en semáforo verde, hay más pasaje y más movimiento, pero seguimos con las medidas del gel y sanitizante”, comenta Jovani, quien, en un argumento contradictorio, no trae puesto sus cubrebocas y se toca la boca constantemente al hablar, justificando su actitud con “Hace mucho sol " y "se me mojó por estar gritando”.

Está claro que no todo es miel en aquel lugar, pero hay cosas buenas. La reciente inauguración de uno de los cinco proyectos Utopías Iztapalapa, ofrece un faro de esperanza para aquellas personas que quieren y buscan más. Estos espacios buscan promover el cuidado del medio ambiente, actividades que van desde talleres de creatividad, arte, diseño digital y teatro; clases de natación, box o judo, pasando por círculos de lectura, ciclos de cine-debate, torneos deportivos o recorridos temáticos de cultura ambiental, identidad y memoria histórica, ciudadanía y derecho a la ciudad. Pero ¿Cómo es que la población lo ha tomado a pesar del persistente Covid y las múltiples realidades coexistentes? Esto y más en la segunda edición de este reporte.