“Cada vez es más difícil venir a clases, todos los días camino con miedo y volteo a todos lados para ver quien viene detrás de mí, ya que la inseguridad y el acoso es algo que sufrimos a diario”, comenta Fernanda estudiante de la Universidad Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos. Ella ha sido víctima de acoso callejero en repetidas ocasiones.

De hecho, esto ya ha originado un grupo de WhatsApp para alertar a los jóvenes sobre estas situaciones y que, puedan avisar dónde hay problemas y eviten la zona. Aun así, la hora de la salida se ha convertido en un martirio; la inseguridad en las calles aledañas le está ganando la batalla a las estrategias de los estudiantes.

Las alumnas aseguran que han acudido en repetidas ocasiones a las autoridades del plantel para denunciar esta situación, no han tenido respuesta efectiva.

“Aunque dentro de la escuela no existe la violencia de género, la situación es distinta una vez cruzando la salida, pues no contamos con la certeza de tener el apoyo de la policía”, indica la joven Fernanda.

Ricardo estudiante de la carrera de contaduría y finanzas asegura a Crónica ha sido víctima de robo en tres ocasiones: “Tiro por viaje me asaltan, ya ni me compro un celular bueno porque probablemente me lo quiten, así que prefiero tener un cel que no llame tanto la atención”, explica.

El grupo de wasap de alerta, en donde también exhiben a los acosadores y ladrones de la zona, no ha resultado como lo esperaban. “La idea del chat surgió gracias a nuestras amigas”, comenta Alexa Navarro, una de las administradoras del wasap de alerta y quien también ha sido víctima. La joven estudiante, señala que un lugar especialmente riesgoso es el puente peatonal el cual se ubica a unos metros del metro deportivo Oceanía.

“Ya sea de noche o a plena luz del día, estas personas se colocan en los extremos del puente acorralando a las víctimas, a pesar de denunciar esta inseguridad al director del plantel, sólo nos dicen que tenemos que salir en grupo para sentirnos más seguros,” dice Alexa.

Los testimonios son respaldados por Jorge Valdés, docente de la universidad, señala a Crónica que desde hace dos meses la incidencia delictiva ha aumentado a las afueras del plantel, lo que también ha alertado al resto de los docentes.

“Al menos cuatro veces por semana hay incidencia de robo a las afueras de la escuela, lo que más preocupa a los docentes es que esto se pueda agravar, la seguridad fuera de la universidad es nula, ni siquiera los profesores estamos a salvos”, expresa.

La falta de apoyo por parte de las autoridades, ha obligado que los estudiantes tomen medidas más extremas para garantizar su seguridad. Karla Rivas otra de las estudiantes, comenta que, entre sus útiles escolares, no puede faltar el gas pimienta, un celular de señuelo e incluso un taser de alto voltaje.

“Ni la escuela, mucho menos la policía nos cuida, nosotras tenemos que hacernos cargo de nuestra propia seguridad, no hay nada más angustiante que la hora de la salida, pues ya no sabes si te van a robar o a manosear”, narra la joven.

Durante el recorrido realizado por este diario, se pudo constatar la falta de presencia de seguridad dentro y fuera del plantel.