Sometido a golpes y vejaciones por parte de al menos diez policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Alan no ha podido comprobar con videos del C5, de cámaras particulares y videos grabados por su propia familia que es inocente del robo con violencia del que se le acusa y del que no tuvo conocimiento. Su delito: ignorar una agresión en la esquina de su casa mientras él veía su teléfono celular y su peludo compañero de cuatro patas daba vueltas en su propio eje. El joven sastre está a siete días de cumplir un mes en el Reclusorio Norte con la "legal detención" que hizo la jueza María del Carmen Patricia Mora Brito.

En un video de un negocio particular se observa la llegada de una unidad de la policía capitalina. Es un vehículo abierto tipo pick Up –la ciudadanía los ubica como perreras–. Va cargado de al menos diez policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), entre ellos va una elemento de nombre Deisi, es feroz. Los tripulantes descienden y se dirigen directamente a la puerta del número 13 de la calle Delicias, colonia Centro, que abren de un fuerte puntapié. Segundos después, Alan, de 32 años, sale proyectado con violencia y su cara da al piso. Su nariz sangra. Es levantado con fuerza y su cara restregada en la pared donde quedan las huellas de su lesión.

Los policías lo suben a la unidad con número económico MX-865-D1. Alan grita a su familia que lo ayuden, sin saber de quién se trata, los habitantes comienzan a grabar la detención en la que se oyen los gritos de Alan pidiendo ayuda. La feroz Deisi le mete cuatro dedos de su mano a la boca del detenido para ahogar su súplica. Aun así Alan es reconocido por sus familiares.

Desde un tercer piso piden que lo dejen de golpear. Se oyen cachetadas y gritos.

La familia no puede salir del inmueble. Un policía por fuera se aferra a la manilla para evitar que la tía y la prima de Alan los confronten, pero finalmente logran salir del edificio para pedir explicaciones a los elementos policiacos que se arrancan rápidamente.

La Pick Up se va en sentido contrario de la calle Delicias y continúa así hasta la calle Aranda, donde da vuelta hasta Vizcaínas. Ahí bajan a Alan y lo cambian a una patrulla que lo traslada a la coordinación CUH-2, alcaldía Cuauhtémoc.

De todo esto, Crónica tiene conocimiento, incluso con el testimonio de los familiares de Alan, que desde el primer momento señaló las irregularidades de las autoridades del MP, y que la jueza determinó como legal la detención.

En el MP, Alan fue obligado a firmar la cartilla de derechos que nunca le fueron leídos, por supuesto, en su violenta detención.

En entrevista con Crónica, los abogados de Alan López Escutia acusan que las autoridades del Poder Judicial de la Ciudad de México han violado las disposiciones legales del debido proceso.

"En principio, Alan nunca ha visto a la supuesta víctima de él. Fue víctima de otros sujetos que la policía sabe, y los vio por las cámaras del C5. Los videos que nosotros tenemos. Incluso del sistema de videovigilancia de la Ciudad de México ahí no se ve a Alan, pero resulta que ya no los tienen. Están los videos de un negocio particular que nos facilitó amablemente la prueba, y son precisas las imágenes, contundentes de la llegada de la unidad, del descenso de no uno, sino alrededor de ocho policías y da cuenta de los movimientos policiacos y la detención, además del video de la familia en el que se escucha que pide dejar de golpear a Alan. Todo eso es desestimado por la jueza", dijo el abogado Valentín Mancera a este diario.

Expediente de mentiras

Crónica accedió a la carpeta de investigación de Alan López Escutia en la que los policías capitalinos que supuestamente hicieron la remisión mienten en su declaración.

Refieren haber atendido a un llamado de un motociclista que dijo ser víctima de un asalto por parte de Alan y de otro sujeto vestido de negro.

El ciudadano –cuyo nombre este diario se resguarda– declaró que pidió ayuda a unidad policiaca que circulaba en Eje Central luego de haber sido asaltado. Indicó que quienes le quitaron su cartera y su teléfono celular se adentraron a la calle Delicias.

En la carpeta de investigación, dos policías de la SSC, entre ellos Daisi, refieren que corrieron para alcanzar a los probables detenidos. Y una vez que capturaron a Alan le leyeron sus derechos para ser detenido. Una mentira que se comprueba con tres videos.

De esto se desprende las violaciones al debido proceso que tanto el agente del Ministerio Público de la Fiscalía capitalina como la jueza de Control desestimaron y se determinó la "legal detención".

De acuerdo con el Nuevo Sistema Penal Acusatorio, que entró en vigor en la Ciudad de México en 2017, los policías capitalinos deben hacer las detenciones sin uso de la violencia, incluso sin poner esposas, además de leer al momento de la captura una cartilla de derechos humanos, lo que a los policías de la unidad referida "no les dio tiempo", porque no la traen consigo.

Testigos

Este diario cuenta con testigos de los hechos ocurridos ese día, y señalan que Alan nunca estuvo presente en el momento en que "el motociclista alcoholizado se entromete en una discusión de pareja y llama a otras personas, que son los que llaman a la policía". Los testigos laboran en una plaza de celulares y se dijeron dispuestos a declarar lo que ocurrió ese día. Señalan que nunca vieron a un sujeto con las características de Alan cuando el motociclista pide ayuda para que lo levanten, puesto que "su moto se le vino encima".

En tanto, en el Centro de Sanciones del Reclusorio Norte han determinado esperar a que la víctima se presente a demostrar que durante el supuesto asalto en el que participó Alan le fracturaron la nariz, un mes después de ocurridos los hechos.

Aunado a este argumento, las autoridades del Poder Judicial señalan que hay "contradicciones" de los detenidos Alan y otro sujeto de nombre Eduardo, quien también fue aprehendido en el edificio del número 13 de Delicias, entre los pisos segundo y tercero. La justicia capitalina, en este caso, pasa por alto la violación al debido proceso, pese a todas las pruebas presentadas

Alan deberá permanecer en prisión, aunque ya se llevaron a cabo dos audiencias sin conocer su calidad en este proceso. 

"Para el próximo 10 de junio, el juez o jueza de Control del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México debe determinar la situación de Alan, que es a la persona que defendemos", aclaran los defensores particulares.

Mientras que los abogados de Alan, Valentín Mancera y José Leonardo de la Hoz recaban las pruebas de la inocencia de su defendido que a diario debe pagar más de 300 pesos por