
Miles de personas se movilizaron este jueves en Estados Unidos en el marco del Día del Trabajo, con protestas centradas en los derechos laborales y migratorios, en una nueva jornada de rechazo al Gobierno de Donald Trump.
La convocatoria del May Day, impulsada por cientos de organizaciones sociales, sindicales y de defensa de migrantes, abarcó cerca de mil ciudades en todo el país, según los organizadores.
Aunque se esperaba una menor asistencia que las protestas de abril debido a que cayó en día laboral, decenas de miles de personas respondieron al llamado en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago y San Francisco.
“Una guerra contra el pueblo trabajador”
“El Gobierno está desmantelando los servicios públicos, atacando sindicatos y sembrando terror entre familias migrantes”, señala el sitio web oficial de la protesta nacional. “Esto es una guerra contra el pueblo trabajador, y no vamos a retroceder”.
La jornada se produce tras dos masivas movilizaciones en abril: la del 5, conocida como “Hands Off”, y la del 19, denominada “Día de Acción”, que lograron congregar a millones de manifestantes a nivel nacional.
En Nueva York, la jubilada Betsy Waters, de 67 años, sostenía un cartel que exigía “debido proceso para todos”. “Tenemos que salir y manifestarnos todo lo que podamos. Lo que está pasando en este país no está bien”, dijo.
A su lado, Lydia Howrilka, bibliotecaria de 25 años, portaba un letrero con la frase: “Solo tú puedes detener el fascismo”. Explicó que protestaba “en solidaridad con mis hermanos y hermanas inmigrantes” y “en defensa de la democracia”.
Según Jorge Mújica, organizador estratégico de Arise Chicago, la administración Trump cometió un error estratégico al atacar simultáneamente a múltiples sectores sociales en sus primeros 100 días en el poder.
“Eso nos ha permitido formar una coalición muy amplia: sindicatos, empleados federales, estudiantes, maestros universitarios y comunidades enteras. Todos unidos en este Primero de Mayo”, afirmó en declaraciones a Democracy Now.
Desde su llegada al poder, Trump ha recortado agencias, despedido a trabajadores federales y acelerado las deportaciones, incluso en casos que los tribunales habían bloqueado. Esta ofensiva ha erosionado sus índices de aprobación, que han pasado de positivos a negativos según encuestas recientes.
“Los inmigrantes son trabajadores, y los trabajadores son inmigrantes”, subraya otro de los lemas de la protesta. “Nuestra lucha por salarios justos, lugares de trabajo seguros y dignidad laboral es también una lucha por la justicia migrante” (con información de agencias).