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La revelación de conversaciones sobre bombardeos en Yemen, conocida como Signalgate, precipita su salida y la de su adjunto Alex Wong

Mike Waltz deja la Casa Blanca tras escándalo por filtración militar

Fuerzan su salida Mike Waltz habría compartido sin intención planes militares con un periodista, desatando una crisis en Seguridad Nacional. (EFE)

El asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, Mike Waltz, y su adjunto, Alex Wong, han dejado sus cargos en la Casa Blanca, según informaron este jueves agencias como Reuters y la cadena CBS.

Aunque la Casa Blanca no ha emitido aún un comunicado oficial, la salida de ambos funcionarios ocurre en medio de un creciente escándalo de seguridad que ha sacudido a la administración republicana.

Aún no se ha confirmado si Waltz y Wong renunciaron por decisión propia o fueron destituidos, pero su salida se da apenas semanas después del llamado Signalgate, una filtración que reveló planes confidenciales para bombardear objetivos hutíes en Yemen, compartidos por error con un periodista de The Atlantic.

El incidente tuvo su origen el pasado 11 de marzo, cuando Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, recibió un mensaje a través de la aplicación de mensajería cifrada Signal, ampliamente utilizada en círculos periodísticos y gubernamentales por su nivel de privacidad.

El remitente se identificó como Michael Waltz, y aunque Goldberg dudó inicialmente sobre su autenticidad, accedió a la conversación pensando que se trataría de una entrevista o intercambio sobre política exterior. Cuatro días después, el 15 de marzo, el periodista se encontraba dentro de un chat secreto donde se discutían detalles sensibles sobre un ataque militar inminente en Yemen, conversaciones que lo pusieron al tanto de los planes horas antes del primer bombardeo.

Según diversas fuentes, entre los participantes del chat se encontraban altos funcionarios del aparato de seguridad nacional, cuya identidad aún no ha sido revelada en su totalidad.

Impacto en el círculo de seguridad nacional

La filtración generó conmoción en Washington, tanto por el grave fallo en los protocolos de seguridad como por el nivel de exposición de planes militares confidenciales a un miembro de la prensa.

El hecho de que un periodista civil haya tenido acceso anticipado a decisiones de ataque no solo compromete la operación, sino que pone en entredicho la coordinación y control interno en los niveles más altos del Gobierno.

La salida de Waltz y Wong, sin explicaciones oficiales hasta el momento, parece responder al intento de contener daños institucionales y redefinir el liderazgo en el Consejo de Seguridad Nacional, clave en la formulación de políticas exteriores y decisiones militares del Ejecutivo.

Silencio oficial y tensión creciente

Hasta ahora, la administración Trump ha evitado pronunciarse públicamente sobre el escándalo, y los portavoces de la Casa Blanca no han respondido a las múltiples solicitudes de información de medios nacionales. En tanto, se espera que el Congreso convoque en los próximos días a una audiencia de control para esclarecer la cadena de errores que derivaron en la filtración, así como la posible vulneración de normas de confidencialidad.

El episodio ocurre en un contexto de alta tensión geopolítica en Medio Oriente, donde las acciones militares estadounidenses contra los hutíes en Yemen han sido justificadas como respuesta a amenazas contra intereses estratégicos en el mar Rojo, pero también han sido objeto de críticas por la falta de transparencia.

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