
Tras el ataque con misiles balísticos indios sobre poblados en la región pakistaní de Cachemira, el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, tachó la ofensiva india de “acto de guerra” y declaró que su país goza de pleno derecho a responder a las agresiones de la India.
“El enemigo ha lanzado un ataque cobarde en cinco lugares de Pakistán, tenemos todo el derecho de responder enérgicamente a este acto de guerra impuesto por la India, y está siendo respondido enérgicamente”, declaró el mandatario vía la red social X. Acto seguido, Islamabad acusó a Delhi de dirigir los ataques a blancos civiles sin relevancia militar.
Casi tres horas después de las declaraciones de Sharif, el director general de Relaciones Públicas de las FFAA de Pakistán, el teniente general Ahmed Sharif Chaudhry, confirmó que el ejército pakistaní ha derribado, hasta el momento, cinco cazas de combate indios como parte de la reacción al ataque transfronterizo indio.
Por otro lado, Attaullah Tarar, ministro pakistaní de Información señaló que el ejército estaba “plenamente preparado, por lo que la India recibió una respuesta inmediata y firme” y recalcó que Pakistán está ejerciendo su derecho a la legítima defensa de sus territorios y de su población.
Adicionalmente, se reportó vía el canal de Telegram de las fuerzas armadas de Pakistán, que un puesto de avanzada indio, situado en la Línea de Control, es decir, la zona fronteriza establecida por militarmente por ambas naciones, fue atacado y destruido por tropas pakistaníes.
Durante las escaramuzas subsecuentes al bombardeo balístico de la India sobre Pakistán, Delhi acusó a Islamabad de “violar” el acuerdo de alto al fuego al hacer uso de su artillería en contra de una localidad situada de lado indio; la administración de Nerendra Modi enfatizó que su ejército esta actuando de forma “adecuada y calibrada”, mientras que Pakistán lo hace irresponsablemente.