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Claves sobre un ritual medieval convertido en espectáculo global y que nadie espera que dure el récord de tres años votando

Mil 400 millones de católicos pendientes de una chimenea

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Conclave Pájaros ajenos a la expectación global sobre el humo que salga de la chimenea en el Vaticano (FABIO FRUSTACI/EFE)

El cónclave para elegir al sucesor de Francisco ha comenzado oficialmente a las 17.46, mientras los ojos de todo el mundo se dirigen a la chimenea en el Vaticano, encargada de anunciar si hay o no hay nuevo papa.

La votación ya ha comenzado, los frescos sobre el Juicio Final de Miguel Ángel ya no pueden verse tras cerrarse las puertas de la Capilla Sixtina y ordenar en voz alta “¡Extra omnes!” (Todos fuera), tras lo cual, él mismo se salió (no es cardenal electo) y encerró con llave (“cum clavis”) a 133 cardenales.

Se espera una votación vespertina este miércoles y ante la casi certeza de que será fumata negra (no hay constancia de que haya ocurrido en la era moderna), a partir del jueves habrá dos votaciones por la mañana y dos por la tarde (o hasta que haya fumata blanca).

La tradición manda que en periodo de cónclave se descansa al tercer día y desde entonces se pasa de cuatro a siete votaciones diarias. En caso de que se llegue a la noche del sábado sin fumata blanca, el domingo sería día de descanso.

¿Cuándo fue la última vez que hubo fumata blanca el primer día?

La última vez que hubo fumata blanca en la primera jornada de votación fue en el cónclave de 1939, cuando el cardenal Eugenio Pacelli fue elegido como Pío XII. En esa ocasión, logró la mayoría necesaria en la tercera ronda de votaciones, dentro del mismo día en que comenzó el cónclave.

Desde entonces, ningún otro papa ha sido elegido en la primera jornada de votación. En los cónclaves más recientes, como los de 2005 y 2013, la elección ocurrió al día siguiente del inicio.

De repetirse la historia reciente, podría haber fumata blanca este mismo jueves.

¿Cuál fue el cónclave más largo de la historia?

El cónclave más largo de la historia ocurrió entre 1268 y 1271, cuando los cardenales tardaron 1,006 días en elegir al sucesor del Papa Clemente IV. La elección se llevó a cabo en Viterbo, Italia, y estuvo marcada por intensas divisiones políticas entre los cardenales, lo que impidió llegar a un consenso rápido.

Las condiciones fueron tan extremas que los habitantes de Viterbo retiraron el techo del edificio donde estaban reunidos los cardenales para presionarlos a tomar una decisión más rápida. Además, tres cardenales murieron durante el proceso debido a las duras condiciones y la prolongada duración del cónclave.

Finalmente, después de casi tres años, los cardenales eligieron a Teobaldo Visconti, quien no era cardenal ni estaba presente en el cónclave, y lo nombraron Papa Gregorio X.

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