
Israel sigue firme en su proceso de destrucción total de Gaza y “limpieza étnica” para apropiarse de la Franja costera y repartirse el negocio de la reconstrucción con Estados Unidos, como planea Donald Trump. La última masacre, ocurrida en el campo de refugiados de Yabalia, dejó un saldo de 50 muertos, entre ellos 22 menores y 15 mujeres.
Esa elevada cifra de muertos ha convertido ya esta jornada en una de las más mortíferas desde que Israel rompió unilateralmente el alto el fuego con Hamás el pasado 18 de marzo, tal como se lo pidió el presidente de EU, Donald Trump, al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
“Trump, un hombre de paz”: Qatar
Mientras los palestinos muertos en Gaza desde la ruptura suman 2,800 desde la ruptura del alto el fuego, el emir de Qatar, Tamin bin Hamad al Thani, recibió “muy emocionado” a Trump en Doha y lo calificó de “hombre de paz”.
“Estamos muy emocionados. Señor Presidente, lo conozco desde hace muchos años. Sé que es un hombre de paz. Sé que desea traer la paz a esta región. Todos la queremos. Espero que esta vez podamos hacer lo correcto y traer la paz a la región”, afirmó el emir, evidenciando la indiferencia de los ricos emiratos árabes ante el genocidio del pueblo palestino.
El martes, Trump recibió un cheque de 600 mil millones de dólares, firmado por el príncipe heredero saudí, Salman bin Abdulaziz, para comprar armamento estadounidense.
15 mil niños muertos en 19 meses de guerra
En un listado de víctimas divulgado por las autoridades sanitarias de la Franja en marzo figuraban, con nombre y apellidos, 15,613 menores muertos en los 19 meses de ataques israelíes, 876 no habían cumplido un año. La cifra total de fallecidos ha seguido aumentando desde entonces hasta alcanzar este miércoles los 52,900 muertos.
Según medios israelíes, el objetivo de los proyectiles era el actual líder de Hamás en Gaza: Mohamed Sinwar, hermano del anterior dirigente del grupo, Yahia Sinwar, que murió en octubre en un ataque israelí en la meridional Rafah. Las autoridades israelíes sostienen que Sinwar se ocultaba en un búnker bajo el centro médico, algo que Hamás niega.
Israel suele utilizar la supuesta existencia de instalaciones subterráneas bajo los hospitales para justificar sus bombardeos de esos centros sanitarios, que pueden constituir crímenes de guerra, según el Derecho Internacional Humanitario. No está claro si el dirigente de Hamás ha sobrevivido.