
Las imágenes apocalípticas que llegan de la Franja de Gaza —con decenas de niños implorando una comida que no llega tras dos meses de bloqueo— son cada vez más difíciles de soportar para la opinión pública mundial, luego de 19 meses de bombardeos diarios israelíes, y está despertando la conciencia de algunos de los aliados históricos de Israel, como Reino Unido, Francia y Canadá, que han necesitado 53 mil muertos (de los que más de 17 mil son niños) para emitir una primera condena abierta al gobierno de Benjamín Netanyahu y una amenaza directa de represalias.
“No nos quedaremos con los brazos cruzados”, indicaron en una dura e insólita declaración conjunta de condena por la agresión israelí, el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro británico, Keir Starmer y el canadiense, Mark Carney, quienes también tacharon de “intolerable” el “sufrimiento humano” de la población civil en Gaza.
“Siempre hemos apoyado el derecho de Israel a defender a los israelíes del terrorismo”, declaró un comunicado conjunto de los tres países. “Pero esta escalada es totalmente desproporcionada”.
14 mil bebés en peligro de muerte por hambre
Sobre desproporción intolerable alertó el jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher: “Alrededor de 14,000 bebés podrían perder la vida en las próximas 48 horas si no se permite el ingreso de ayuda humanitaria adecuada”. Así de alarmante.
Esta declaración fue realizada la mañana de este martes durante una intervención en la BBC, donde denunció la resistencia israelí a aliviar el bloqueo en el territorio, pese a tratarse de un crimen de lesa humanidad.
La decisión del gobierno israelí de permitir, dijo, de mala gana, la entrada de cinco camiones, e vez de 500 diarios que calcula agencia humanitaria, es “una gota en el océano de necesidad”.
“Estos camiones contienen alimentos para bebés y productos nutricionales”, dijo, y detalló que “aunque técnicamente están en Gaza, aún no han llegado a los civiles, ya que permanecen justo al otro lado de la frontera.”
El puñetazo en la mesa de Starmer
Tras el dramático mensaje de alerta del jefe humanitario de la ONU, el primero líder europeo en no quedarse de brazos cruzados y dar un puñetazo sobre la mesa ha sido el premier laborista Starmer. Este martes, el gobierno británico suspendió las pláticas para la ampliación de un acuerdo de libre comercio de Reino Unido con Israel y convocó a la embajadora israelí en Londres, Tzipi Hotovely, para manifestar la protesta de Londres por la invasión terrestre de Gaza.
“Esto ha sido necesario por las acciones del gobierno de Netanyahu”, dijo el ministro británico de Exteriores, David Lammy, en relación a la ofensiva israelí en Gaza y a los ataques terroristas de los colonos judíos en Cisjordania, gracias a las armas y la licencia para matar proporcionadas por el gobierno ultraderechista israelí.
Entre las medidas anunciadas por Londres también se incluyeron un paquete de sanciones a dos organizaciones, dos asentamientos ilegales y tres personas que han “apoyado, incitado y promovido la violencia” ejercida por los colonos israelíes contra las comunidades palestinas en Cisjordania.
“Salvar vidas debe ser nuestra prioridad”: UE
En paralelo a la ofensiva de Reino Unido, la Unión Europea (UE) aprobó revisar si Israel cumple con sus obligaciones relativas a los derechos humanos, en el marco del acuerdo de asociación con el Estado judío, tras la petición formulada en este sentido por una “fuerte mayoría” de Estados miembros: 17 de los 27 países miembros.
“Salvar vidas debe ser nuestra máxima prioridad”, anunció la canciller europea, la estonia Kaja Kallas, al tiempo que aseguró que “la presión es necesaria para cambiar la situación”.
Kallas recalcó que “la situación en Gaza es catastrófica” y se pronunció sobre la ayuda humanitaria, que Israel llevaba bloqueando desde el 2 de marzo, hasta que ayer entraron los primeros 5 camiones: “La ayuda que Israel ha permitido entrar es, por supuesto, bienvenida, pero debe fluir inmediatamente, sin obstrucciones y a gran escala, porque es lo que se necesita”, subrayó.
Entre los países votaron a favor de revisar las relaciones de la UE con Israel se encuentran Francia, España, Polonia, Países Bajos, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Austria, Grecia, Irlanda, Portugal y República Checa.
Entre los que votaron en contra: Italia y Alemania, ambos gobernados por la derecha y arrastrados aún por la culpa del totalitarismo nazis contra los judíos.
“El tiempo de las palabras ha terminado”
El canciller español, José Manuel Albares, anunció, además, que, a petición del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y sus socios de izquierda, va a llevar al Congreso de los Diputados una iniciativa vinculante para un embargo de armas a Israel.
“El tiempo de las palabras ha terminado, el tiempo de las declaraciones, el tiempo de las peticiones; llevamos ya demasiados meses. Lo que está ocurriendo en Gaza es demasiado grave. Tenemos en estos momentos una operación militar que no tiene ningún sentido, salvo que se quiera convertir a Gaza en un inmenso cementerio. Tenemos una acción deliberada de Israel de impedir que entre la ayuda humanitaria y, por lo tanto, una hambruna inducida”, explicó Albares.
“Premio enorme a Hamás”
La reacción del premier israelí fue furibunda contra quienes respaldaron sin rechistar durante meses la guerra de Israel contra Gaza, pese a la catástrofe humanitaria a ojos de todo el mundo.
Netanyahu afirmó que Gran Bretaña, Francia y Canadá habían entregado un “premio enorme” a Hamás y los acusó de alentar tácitamente la repetición de los atentados del 7 de octubre de 2023, que mataron a unas 1,200 personas en Israel y llevaron a 250 como rehenes a Gaza.
“Esta es una guerra de civilización contra la barbarie”, aseguró Netanyahu en redes sociales y avisó que “Israel seguirá defendiéndose por medios justos hasta lograr la victoria total”.
Mientras tanto, su aliado Trump, promotor de la reanudación de los bombardeos en Gaza y quien sueña en voz alta con “limpiar” de palestinos la Franja de Gaza y convertirla en un paraíso inmobiliario, cuenta los miles de millones de dólares que le han regalado los jeques del golfo Pérsico, ajenos a la tragedia de sus “hermanos árabes” y quienes no permiten ni manifestaciones de sus ciudadanos, al tiempo que gozan de los beneficios de mantener relaciones diplomáticas con Israel, como ocurre con Emiratos Árabes Unidos.