
En la isla canaria de El Hierro, en España, un cayuco lleno de migrantes volcó justo cuando estaba por atracar. La tragedia dejó al menos siete personas muertas, cuatro mujeres, dos niñas de cinco años y una adolescente de 16.
El bote venía con 160 personas a bordo que posiblemente venían de África según datos preliminares, se volteó cuando algunos de los ocupantes se pusieron de pie e intentaron saltar al barco de Salvamento Marítimo de España, a solo cinco metros del muelle.
Los rescatistas sacaron rápidamente los cuerpos del agua, pero no lograron salvar a todas las víctimas, entre ellas estaba una de las niñas de cinco años, que al principio fue reportada como bebé desaparecido. Otras dos personas fueron llevadas al hospital en estado crítico y una de ellas, la adolescente de 16 años, falleció más tarde.
Además, un niño de tres años y otra menor de cinco fueron trasladados en helicóptero al hospital de Tenerife por ahogamiento grave, al igual que otros cuatro menores fueron atendidos por dificultades para respirar en el Hospital de El Hierro.
Equipos de emergencia de la Cruz Roja y Salvamento Marítimo trabajaron intensamente en el rescate; con ayuda de psicólogos se movilizaron para brindar apoyo a los sobrevivientes y al personal que participó en el operativo, quienes quedaron profundamente afectados por la situación.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, lamentó lo ocurrido en un mensaje en redes sociales y pidió más humanidad ante este tipo de crisis migratorias.
En tanto, el presidente regional de Canarias, Fernando Clavijo, se encontraba en la isla y acudió al muelle al enterarse de la noticia. Visiblemente conmovido, relató que muchas personas viajaban escondidas en la parte baja del cayuco y no pudieron salir a tiempo.
“Los profesionales de rescate se lanzaron al agua entre gasolina y olas, arriesgando sus vidas”, declaró Clavijo, quien además criticó que desde los despachos del gobierno central no se dimensiona el drama humano que representa esta ruta migratoria.
Anselmo Pestana, delegado del Gobierno en Canarias, recordó que el momento del transbordo es siempre el más riesgoso, y que esta ruta, desde África hacia las Islas Canarias, es una de las más mortales del mundo. En 2024, casi 10 mil personas perdieron la vida intentando cruzarla, según la ONG Caminando Fronteras.
Este triste episodio vuelve a poner en evidencia los riesgos de la migración forzada y la urgencia de atender este problema desde una perspectiva humana y con políticas más eficaces.