
Las autoridades de salud pública en Tailandia han encendido las alarmas tras reportar un aumento considerable en los contagios de COVID-19.
Según datos del Departamento de Control de Enfermedades, se contabilizaron 67 mil 484 nuevos casos y ocho personas fallecieron a causa del virus, siendo Bangkok la ciudad con más casos.
La preocupación principal gira en torno a la variante JN.1 que está relacionada con Ómicron y actualmente es la cepa dominante en el país, donde se ha mostrado altamente contagiosa, aunque por ahora los síntomas en la mayoría de los casos se consideran leves o moderados. Aun así, las autoridades insisten en que el riesgo no debe minimizarse, sobre todo en grupos vulnerables como personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas y personas no vacunadas.
El Ministerio de Salud Pública pidió a la población retomar medidas básicas de prevención como el uso de mascarillas en espacios cerrados o muy concurridos, el lavado frecuente de manos y el distanciamiento físico, especialmente en el transporte público y eventos masivos.
Tailandia, que al inicio de la pandemia fue elogiada por su rápida respuesta, busca evitar un nuevo colapso en los servicios de salud y llama a la cooperación ciudadana para frenar la propagación del virus. Mientras tanto, continúan las campañas de vacunación y los llamados a no bajar la guardia.