
Irán ha incrementado de forma alarmante su stock de uranio enriquecido casi en nivel armamentístico, según un informe confidencial del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) circulado este sábado entre sus países miembros, en vísperas de la próxima reunión de su junta en junio.
Desde febrero, Irán produjo cerca de 136 kilogramos de uranio enriquecido al 60 %, un paso técnico de distancia del 90 % necesario para armas nucleares. Con ello, su reserva total asciende a unos 400 kilogramos de material altamente enriquecido, según fuentes con conocimiento directo del documento.
Expertos del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional calculan que esta cantidad permitiría fabricar hasta diez bombas nucleares.
La noticia llega mientras el presidente Donald Trump aseguró que Estados Unidos e Irán están “cerca de un acuerdo” en las negociaciones nucleares reanudadas en abril.
Trump, sin embargo, advirtió que si no hay pacto, su gobierno empleará la fuerza para desmantelar el programa nuclear iraní.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, confirmó que recibió una nueva propuesta de EE. UU., transmitida a través de Omán, y que Teherán responderá conforme a sus intereses nacionales. No obstante, dejó claro que Irán no aceptará eliminar completamente el enriquecimiento: “Lo necesitamos, y no aceptamos que nos impongan condiciones solo porque se creen poderosos”.
Washington plantea inspecciones
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó a Irán de avanzar deliberadamente hacia la bomba y reiteró su disposición a una ofensiva militar. Trump dijo haber pedido a Israel abstenerse de intervenir mientras continúan las conversaciones.
El principal punto de fricción sigue siendo el enriquecimiento de uranio. Irán insiste en su derecho a hacerlo bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras que Washington exige el desmantelamiento total de las centrifugadoras a cambio del levantamiento de sanciones.
El informe también señala que Irán ha vaciado en gran medida su inventario de uranio enriquecido al 20 %, lo que sugiere que está transformando ese material en uranio al 60 %, en una posible carrera contra el reloj.
Entre las propuestas recientes de EU figura la eliminación de todo el uranio enriquecido iraní fuera del país, con suministro externo de combustible para sus reactores de investigación. Otra fórmula incluiría un consorcio internacional —con países como Arabia Saudita y EU— que produciría uranio de bajo enriquecimiento para uso civil iraní.
Trump fue aún más explícito al definir sus condiciones: “Quiero un acuerdo fuerte. Que podamos enviar inspectores, llevarnos lo que queramos, destruir lo que queramos… sin que haya nadie en el laboratorio cuando lo hagamos volar”.
Mientras tanto, otro informe del OIEA confirmó que Irán llevó a cabo actividades nucleares secretas hace más de dos décadas en al menos tres sitios no declarados, y que continúa negándose a aclarar los detalles de esas operaciones.
Con estos antecedentes, el tiempo para una solución diplomática se acorta. El director general del OIEA, Rafael Grossi, subrayó que “si hay voluntad, se puede encontrar un camino”. Pero en medio de amenazas, tensiones militares y recriminaciones mutuas, el reloj nuclear sigue avanzando.