
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos revocó este lunes la directriz que relajaba las redadas migratorias en granjas agrícolas, hoteles y restaurantes, muy dependientes de la mano de obra inmigrante, a pesar de que el presidente Donald Trump insinúo que consideraría eximir a estos sectores de su política de deportaciones masivas, informó The Washington Post.
Dos fuentes familiarizadas confirmaron al diario que el Departamento que preside Kristi Noem dio marcha atrás e instruyó a los agentes del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) a continuar con las redadas en ambos sectores, para arrestar a trabajadores sin estatus legal.
El cambio supone una contradicción al mensaje dado por el presidente Trump el jueves pasado, tras la presión de los dueños de granjas y de empresas de estas industrias afectadas por las redadas.
“Nuestros estupendos granjeros y la gente del negocio de la hostelería y el ocio han estado diciendo que nuestra política tan agresiva en materia de inmigración les está quitando trabajadores muy buenos con los que llevan mucho tiempo, y que esos puestos de trabajo son casi imposibles de reemplazar”, escribió Trump en un mensaje en las redes sociales.
Trump habría considerado las excepciones a su dura política migratoria, tras una llamada de la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, en la que comunicó la creciente preocupación entre los rancheros y empresarios hoteleros por el golpe económico que supone perder estos trabajadores.
El viernes un alto funcionario del ICE, envió un correo electrónico instando a los agentes a “suspender” las investigaciones y operativos en estos lugares. Incluso este lunes las autoridades migratorias confirmaron a NBC que pausarían las redadas en estos sectores.
Sin embargo, otro correo durante la tarde revocó la primera orden y echo por tierra la esperanza de miles de inmigrantes y patronos.
¿Quién revocó la medida de gracia?
Aaron Reichlin-Melnick, del American Immigration Council, acusó en un mensaje de X a Stephen Miller, el arquitecto de la política migratoria de Trump, como responsable del cambio de las directrices.
“Miller se sale con la suya… granjas, restaurantes y hoteles vuelven a ser objeto de redadas de ICE, con una intensa presión para que los agentes alcancen los 3.000 arrestos diarios”, escribió el activista sobre el asesor del presidente, considerado por los activistas la bestia negra de los inmigrantes y el autor de la separación de niños en la frontera durante el primer mandato del magnate republicano.