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Afirma que no negociará su programa nuclear mientras esté siendo atacado; deja en suspenso los intentos por reconducir la crisis

Irán rechaza el diálogo nuclear mientras esté “bajo agresión militar”

Guerra Israel - Irán Iraníes participan en una manifestación antiisraelí en Teherán. (EFE)

A una semana del inicio de la ofensiva israelí sobre territorio iraní, el conflicto escala de forma alarmante: bombardeos sobre instalaciones sensibles, fuego cruzado de misiles, víctimas civiles y un punto de quiebre diplomático.

Irán anunció este viernes que no negociará su programa nuclear mientras esté siendo atacado, dejando en suspenso los intentos europeos por reconducir la crisis hacia una salida política.

"No hay espacio para el diálogo bajo agresión militar“, afirmó el canciller iraní Abbas Araqchi, justo antes de reunirse en Ginebra con ministros de Exteriores de Francia, Reino Unido, Alemania y representantes de la Unión Europea.

La cita, que buscaba reactivar las negociaciones nucleares, partió con expectativas bajas. Según diplomáticos presentes, se comunicaría a Irán que Estados Unidos sigue dispuesto a entablar conversaciones directas, aunque no antes de un cese del fuego.

Israel apunta a la estructura nuclear iraní

Durante la noche del jueves al viernes, Israel bombardeó decenas de objetivos en Teherán, así como en el oeste y centro del país, incluyendo supuestos centros de producción de misiles y una instalación que, según Tel Aviv, está vinculada con el desarrollo de armas nucleares.

La Fuerza de Defensa israelí también afirmó haber destruido baterías de misiles tierra-aire en el suroeste de Irán, en lo que denominó una operación para asegurar “superioridad aérea”.

Uno de los bombardeos alcanzó un edificio de cinco pisos en Teherán que albergaba una panadería y una peluquería, dejando al menos cinco heridos, reportó la agencia Fars.

La respuesta iraní llegó al amanecer: una nueva andanada de misiles golpeó Beersheba y provocó impactos en Tel Aviv, Haifa y el desierto del Negev, dejando al menos dos heridos en territorio israelí, según servicios de emergencia.

Un vocero militar iraní aseguró que las fuerzas lanzaron misiles de largo alcance y ultra pesados contra centros militares, industriales y de mando israelíes. Israel reportó cerca de 20 misiles en este último ataque.

Riesgo nuclear

La tensión llegó a un punto crítico cuando surgieron reportes no confirmados sobre un posible ataque al complejo nuclear de Bushehr, ubicado en la costa del Golfo. Aunque un portavoz israelí calificó de “error” la declaración de que la planta había sido alcanzada, Irán activó sus defensas aéreas en la zona y evitó dar más detalles.

El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, alertó en la ONU sobre las catastróficas consecuencias de bombardear instalaciones nucleares activas. “Un ataque armado contra infraestructuras nucleares podría provocar liberaciones radioactivas con consecuencias devastadoras dentro y fuera del país afectado”, señaló.

El secretario general de la ONU, António Guterres, elevó el tono: "este conflicto podría encender un fuego que nadie podrá controlar“, dijo ante el Consejo de Seguridad, instando a “darle una oportunidad a la paz”.

Trump: dos semanas

Desde Washington, el presidente Donald Trump se mostró ambiguo. La Casa Blanca informó que tomará una decisión sobre una posible participación militar estadounidense “en las próximas dos semanas”. Mientras tanto, su enviado especial para la región, Steve Witkoff, ha sostenido múltiples conversaciones con el canciller iraní Araqchi, aunque sin avances visibles.

A la par, la administración Trump anunció nuevas sanciones contra entidades vinculadas con el programa nuclear iraní, buscando frenar la adquisición de tecnología de doble uso. No obstante, el impacto inmediato de estas medidas es limitado en medio del fuego cruzado.

Una fuente iraní declaró que Teherán está dispuesto a discutir límites en el enriquecimiento de uranio, pero que una propuesta de “enriquecimiento cero” sería inaceptable, “especialmente ahora, bajo bombardeo”. Irán insiste en que su programa tiene fines pacíficos, mientras Israel lo considera una amenaza existencial que debe ser neutralizada preventivamente.

La realidad es que el proceso negociador ha sido desplazado por la lógica militar. Desde que comenzaron los ataques israelíes hace una semana, 639 personas han muerto en Irán, incluidos científicos nucleares y altos mandos militares, según la organización Human Rights Activists News Agency, con sede en EE. UU. En Israel, al menos 24 civiles han muerto por misiles iraníes.

A pesar del conflicto abierto, las protestas internas en Irán han sido mínimas. Opositores reconocen que, aunque ven debilitado al régimen de los ayatolás, no consideran oportuno provocar una revuelta mientras el país está bajo ataque extranjero. En lugar de manifestaciones masivas, la prensa estatal ha difundido imágenes de concentraciones en varias ciudades bajo el lema de “solidaridad y resistencia”.

En el Golfo Pérsico, la preocupación por los efectos colaterales en las infraestructuras energéticas va en aumento. Reuters reportó que Qatar celebró reuniones de emergencia con grandes compañías del sector para evaluar los riesgos de disrupción del suministro petrolero y gasífero.


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