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Diez niñas del campamento arrasado siguen desaparecidas; veinte fueron salvadas por dos monitoras mexicanas en un acto heróico

“Aparecieron con las manos entrelazadas”: historias de la tragedia en Texas que suma más de 100 muertos

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Desastre Niñas evacuadas en helicóptero del Campamento Mystic el viernes tras las inundaciones (CNN)

El número de muertos por las inundaciones del viernes en el centro de Texas ascendió este lunes a 104, mientras sigue la búsqueda de diez niñas y una monitora del campamento cristiano Mystic.

La actualización más reciente proviene del condado de Kerr, donde el número de víctimas mortales subió a 84, de los que 56 eran adultos y 28 niños.

Mientras cada hora que pasa se extingue un poco más la esperanza de hallar con vida a los desaparecidos, surgen histórias desgarradoras sobre aquella noche fatídica, pero también momentos heróicos.

Una sobrina del dueño de los Kansas City Chiefs

La primera niña que fue identificada y confirmada como fallecida en el campamento se llamaba Janie Hunt, de 9 años, bisnieta de un petrolero multimillonario llamado William Herbert Hunt, quien a su vez era hermano de Lamar Hunt, el fundador de los Kansas City Chiefs.

Tavia Hunt, una prima de la pequeña, dijo que la familia está devastada con el fallecimiento de la pequeña, pero se aferra a la fe. “Si tu corazón está roto, te aseguro que Dios está cerca, es tierno con tus heridas. Y sigue siendo digno, incluso cuando a tu alma le cuesta creerlo. Confiar no significa que hayas superado el dolor; significa que se lo estás entregando al único que puede sostenerlo con amor y restaurar lo perdido”, escribió.

Dick Eastland, el dueño de Camp Mystic, perdió la vida mientras intentaba salvar a las niñas atrapadas en el campamento durante la inundación. Su nieto, George Eastland, lo describió como un hombre cristiano, servicial y leal a su familia, que emprendía una lucha contra el cáncer. “Si no iba a morir de causas naturales, esta era la única alternativa: salvar a las niñas”, escribió George. “No solo eras mi abuelo, sino mi querido amigo, compañero de pesca, guía de caza, compañero de golf, ávido fanático de los Texas Longhorns y, sobre todo, un héroe”, añadió el joven.

Pero los actos heróicos no acabaron siempre en tragedia. Algunos de sus protagonistas sí vivieron para contarlo.

Heroínas mexicanas

La valentía de dos mexicanas logró salvar las vidas de 20 niñas. Silvana Garza Valdez y María Paula Zárate, ambas de 19 años, trabajaban como monitoras en el campamento.

La madrugada del 4 de julio las lluvias en el condado de Kerr se hicieron muy intensas, provocando que el río Guadalupe se desbordara rápidamente. El campamento Mystic se quedó sin luz a las 3:00 de la madrugada y el río creció unos ocho metros en solo 45 minutos, alcanzando los techos de las cabañas mientras las niñas dormían.

Ante la catástrofe, Silvana y María Paula reaccionaron con rapidez y valentía, sabiendo que tenían que actuar de inmediato para salvar a las niñas. A pesar del miedo, las jóvenes no se rindieron y comenzaron a llevar a las niñas de las zonas más bajas del campamento a un lugar más alto y seguro.

María Paula recordó que les pidieron a las niñas que prepararan una maleta con sus cosas más importantes, como ropa y objetos personales. Además les escribieron sus nombres en su piel o brazos y les pusieron gafetes para que pudieran ser identificadas. Durante toda la noche y la madrugada, Silvana y María Paula mantuvieron a las niñas tranquilas con juegos y rezos, ayudándolas a distraerse de la terrible situación.

A 24 kilómetros de distancia

Brooke y Blair Harber eran dos hermanas de 11 y 13 años respectivamente. Vivían en Dallas, pero el 4 de julio se encontraban con sus abuelos en una casa en la ciudad de Hunt, que también fue afectada. Se habían dormido desde las 11.00 pm. Las inundaciones comenzaron con una furia inaudita, pero las autoridades no avisaron del peligro que se avecinaba, hasta que fue demasiado tarde.

La tía de las niñas, Jennifer Harber, relató: “Brooke les envió un mensaje a mi hermano (su padre), a su abuela y a su abuelo diciéndoles ‘Les amo’ a las 3.30 de la madrugada”.

“Mis sobrinas estaban arriba, en el desván. Eran creyentes y una de sus clases favoritas era religión. Blair y yo habíamos hablado sobre Dios y el cielo dos semanas antes. Llevaban sus rosarios. Sus cuerpos fueron encontrados ayer por la tarde, a 24 kilómetros de distancia, en Kerrville. Cuando los encontraron, tenían las manos entrelazadas”, narró Jennifer en una publicación en la plataforma de donaciones GoFundMe. Agregó que los abuelos de las pequeñas, llamados Charlene y Mike Harber, siguen desaparecidos (con información de EFE, El País, CNN y N+ ).

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