
El Gobierno de Estados Unidos anunció esta semana la desclasificación de más de 230 mil páginas de documentos relacionados con el asesinato de Martin Luther King Jr., el influyente líder del movimiento por los derechos civiles. A más de cinco décadas del magnicidio ocurrido en Memphis, Tennessee, la publicación de este material ha generado un intenso debate sobre la memoria histórica, el papel del Estado en los hechos y la pertinencia del momento en que se revelan estos documentos.
La fiscal general Pam Bondi informó que la acción busca responder al clamor ciudadano por transparencia: “El pueblo estadounidense merece respuestas décadas después del horrendo asesinato de uno de los grandes líderes de nuestra nación”, afirmó. El anuncio se dio en un acto simbólico en la sede del Departamento de Justicia en Washington, donde Bondi recibió a Alveda King, sobrina del reverendo.
Familia dividida entre gratitud y escepticismo
Alveda King expresó su agradecimiento a Bondi y al expresidente Donald Trump, quien firmó la orden ejecutiva que permitió la desclasificación. Para ella, la publicación representa “un paso histórico hacia la verdad que el pueblo estadounidense merece”. Reivindicó la figura de su tío como un hombre de fe que vivió con valentía y cuyo legado sigue vivo.
No obstante, Martin Luther King III y Bernice A. King, hijos del líder asesinado, adoptaron una postura más crítica. En un comunicado conjunto, aseguraron que si bien respaldan la transparencia y la rendición de cuentas, condenan cualquier intento de manipular el contenido de los documentos para minar el legado de su padre o del movimiento por los derechos civiles.

Ambos recordaron que Martin Luther King Jr. fue objeto de una campaña sistemática de vigilancia y sabotaje por parte del FBI, liderada por J. Edgar Hoover. Esta operación, conocida como COINTELPRO, no solo buscaba monitorear sus movimientos, sino también destruir su imagen pública y debilitar la lucha por la igualdad racial. “La intención no era solo vigilar, sino desmantelar y desacreditar su figura”, señalaron los hermanos.
Los King también reiteraron su respaldo al veredicto de un juicio civil realizado en 1999, donde un jurado determinó que el asesinato fue el resultado de una conspiración que involucraba a agencias gubernamentales, y que el señalado tirador, James Earl Ray, habría sido en realidad un chivo expiatorio. “Nuestra familia ve ese veredicto como una afirmación de lo que siempre hemos creído”, enfatizaron.
Expertos y el Centro King cuestionan el contenido y el momento
Desde el ámbito académico y de derechos civiles, la reacción ha sido también ambivalente. El Centro King, fundado por la viuda de Luther King Jr., criticó el momento de la publicación, al considerar que puede desviar la atención de las injusticias vigentes tanto en Estados Unidos como a nivel global.
“Es desafortunado y mal momento, dada la multitud de problemas urgentes e injusticias que afectan a Estados Unidos y a la sociedad global”, indicó el Centro en un comunicado. Para la institución, lo fundamental no es quién disparó, sino las condiciones estructurales y sociales que propiciaron su asesinato.
La organización reiteró el llamado a combatir los “tres males” que Luther King denunció en vida: racismo, pobreza y militarismo. Además, recordó que el reverendo fue asesinado exactamente un año después de pronunciar su famoso discurso contra la guerra de Vietnam, en el que calificó a Estados Unidos como “el mayor proveedor de violencia en el mundo”.
Archivos sin novedades y documentos aún bajo resguardo

Aunque el volumen de los documentos desclasificados es considerable, los expertos advierten que el contenido no ofrece grandes revelaciones. El historiador David Garrow, autor de una biografía premiada sobre Martin Luther King, aseguró que gran parte de la información ya se conocía y que no halló elementos nuevos tras revisar el material publicado en el sitio del Archivo Nacional.
Por su parte, Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, expresó preocupación por la veracidad de los informes del FBI, al considerar que muchos fueron elaborados con sesgo o incluso fabricados para complacer a Hoover. “Soy escéptico con todo lo que he leído en los archivos del FBI sobre Martin Luther King”, sentenció.
Además, importantes materiales como grabaciones de escuchas telefónicas aún no han sido liberados, pues permanecen bajo secreto judicial hasta al menos 2027. Esta ausencia alimenta las sospechas de que lo más relevante aún no ha salido a la luz.
Entre los archivos liberados, se incluyen entrevistas con allegados de James Earl Ray, grabaciones de conversaciones policiales y registros sobre pistas seguidas por las autoridades en las semanas posteriores al crimen. También se revelan interacciones con servicios de inteligencia extranjeros durante la búsqueda del sospechoso.
La Casa Blanca defendió la publicación como un esfuerzo por rescatar documentos que llevaban décadas almacenados sin ser digitalizados. Sin embargo, queda la duda sobre si este movimiento responde realmente a un afán de justicia histórica o si forma parte de una agenda política más amplia.
(Con información de EFE y Agencias)