
La Policía de Noruega imputó un delito de terrorismo a un joven de 18 años por el asesinato de una trabajadora social de origen etíope y religión musulmana, ocurrido el pasado fin de semana en un albergue juvenil de Oslo.
La víctima fue hallada sin vida el sábado por la noche. El presunto agresor, que residía en el mismo albergue, fue detenido horas más tarde en el centro de la capital noruega.
Inicialmente enfrentaba cargos por homicidio, pero las autoridades decidieron ampliar la acusación a terrorismo.
“Creemos que tenía la intención de generar miedo en parte de la población”, declaró Philip Green, abogado de la Policía, en una rueda de prensa.
Durante los interrogatorios, el joven admitió motivaciones políticas y reconoció que planeaba atacar a más personas.
Aunque la investigación apunta a que actuó solo, la Policía confirmó que llevaba meses bajo vigilancia de los servicios de inteligencia.
Green subrayó que el detenido había mostrado actitudes hostiles hacia los musulmanes, pero señaló que su capacidad para ejecutar más agresiones tras el asesinato era “muy limitada”.
Las autoridades no han revelado qué arma utilizó, aunque descartaron el uso de armas de fuego. Medios locales informaron que la víctima presentaba múltiples heridas producidas con un objeto punzante.
El joven comparecerá este lunes ante un tribunal en una audiencia que se llevará a cabo a puerta cerrada.