
La Comisión Europea reafirmó este martes que la Unión Europea (UE) tiene el “derecho soberano” de regular el ámbito digital, en respuesta a la advertencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles y restringir la exportación de chips a países que mantengan tasas sobre los servicios digitales.
“Es un derecho soberano de la UE y de sus Estados miembros regular las actividades económicas en nuestro territorio conforme a nuestros valores democráticos”, declaró la portavoz de la Comisión, Paula Pinho, durante una conferencia de prensa en Bruselas, también aclaró que la regulación digital es un tema independiente del reciente acuerdo comercial alcanzado con Washington.
Trump, a través de su red social Truth Social, advirtió que aplicará “aranceles sustanciales” y limitará la exportación de chips a las naciones que no retiren sus regulaciones digitales, al considerar que perjudican a las grandes tecnológicas estadounidenses.
El mandatario ya había ejercido presión sobre Canadá, país que finalmente dio marcha atrás en su plan de implementar impuestos digitales.
Pese a las amenazas, la UE mantiene su plan de adquirir al menos 40mil millones de dólares en chips de inteligencia artificial de alta gama fabricados en Estados Unidos.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, explicó que este proceso está sujeto a controles de seguridad para evitar que la tecnología sensible se transfiera fuera de Europab, desde Bruselas también rechazaron las acusaciones de Trump sobre un supuesto sesgo contra compañías estadounidenses.
“La Ley de Servicios Digitales no discrimina por origen ni propiedad de las empresas, se aplica a todas las plataformas que operan en la UE”, enfatizó el portavoz comunitario Thomas Regnier, recordando que la normativa ha sido utilizada recientemente contra las chinas AliExpress, Temu y TikTok.
La Comisión insistió en que su marco regulatorio busca garantizar transparencia y responsabilidad en las plataformas, sin limitar la libertad de expresión, y defendió la cooperación con Estados Unidos frente a retos comunes como la desinformación global.