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Un motín en la cárcel ocurre apenas tres días después de otra riña en El Oro que dejó 14 muertos y refleja la grave crisis penitenciaria que atraviesa el país

Ecuador enfrenta nueva masacre carcelaria: 17 reclusos muertos en Esmeraldas

Prisión

Al menos 17 personas fallecieron este jueves durante un enfrentamiento entre reclusos en una cárcel de la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.

La información fue difundida inicialmente por la Policía a través del portal Primicias, que confirmó el saldo preliminar de víctimas con base en reportes internos.

Los disturbios habrían comenzado hacia las 03:00 horas locales, según relataron familiares de los internos a través de redes sociales.

De acuerdo con las primeras versiones, se trató de un choque entre bandas rivales al interior del penal, sin embargo, hasta el cierre de esta edición ni el Ministerio del Interior ni el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) habían emitido un comunicado oficial.

Fuentes policiales no descartaron que existan más víctimas en otros pabellones, lo que incrementa la preocupación sobre la magnitud de la violencia.

Casos en otras prisiones

El motín ocurre apenas tres días después de que otra riña, registrada en una cárcel de la provincia de El Oro, en la frontera con Perú, dejara 14 internos muertos durante la madrugada del lunes. En ese caso, la confrontación incluyó detonaciones de explosivos y múltiples disparos.

La Policía informó entonces que los guardias penitenciarios intentaron contener la emergencia tras escuchar los disparos. Uno de ellos recibió impactos de bala y falleció, mientras otro resultó herido. Cuando las unidades de élite lograron ingresar, encontraron 14 cuerpos, la mayoría pertenecientes a miembros de los grupos delictivos organizados conocidos como Los Choneros y Los Lobos.

Creciente violencia en las cárceles de Ecuador

El país traviesa desde 2021 una crisis penitenciaria sin precedentes, más de 600 reclusos han sido asesinados dentro de los centros carcelarios en los últimos tres años, en su mayoría durante enfrentamientos entre bandas criminales.

La situación llevó al presidente Daniel Noboa a declarar en enero de 2024 un estado de “conflicto armado interno” y a ordenar la militarización de las cárceles con el objetivo de recuperar el control, hasta entonces en manos de las organizaciones delictivas.

Las masacres en los penales se producen además en un contexto de tensión social, mientras las fuerzas de seguridad se concentran en controlar las movilizaciones del movimiento indígena contra el aumento del precio del diésel, tras la eliminación del subsidio al combustible.

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