
El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado este jueves a cinco años de cárcel por asociación de malhechores, al haberse beneficiado de una trama vinculada al régimen libio de Muamar Gadafi, que habría financiado su campaña presidencial de 2007, la que le llevó al Elíseo.
El tribunal ordenó que Sarkozy se presente en los próximos días ante la Fiscalía para hacer efectiva la condena y su ingreso en prisión, algo que no podrá evitar aunque interponga recurso. La Fiscalía tiene un mes para convocarlo y decretar su entrada a la cárcel, aunque por su edad (70 años) podría pedir libertad condicional, decisión que tardaría en resolverse.
Se trata de la tercera condena contra Sarkozy, pero la primera que lo acerca directamente a prisión, ya que las anteriores le permitieron cumplirlas en arresto domiciliario. Entre febrero y mayo pasados, ya llevó un brazalete electrónico por su primera sentencia, confirmada en diciembre de 2024.
La trama libia
La sentencia detalla que en 2005, cuando Sarkozy era ministro del Interior, junto con sus colaboradores Claude Guéant y Brice Hortefeux, y con el intermediario Ziad Takieddine (fallecido el martes pasado), formó una red para recibir dinero del régimen libio.
A cambio, habrían ofrecido a Gadafi favores como facilitar el retorno de Libia a la escena internacional, impulsar el sector nuclear del país africano e interceder en favor de Abdalláh Senussi, cuñado del dictador, condenado en Francia a cadena perpetua por un atentado en 1989 en el que murieron 170 personas.
La Fiscalía consideró que el objetivo era lograr “una corrupción al más alto nivel”, aprovechando la expectativa de Sarkozy de convertirse en presidente.
Los alcances de la sentencia
Aunque el tribunal no pudo demostrar que Sarkozy participara directamente en la obtención de fondos ni que existiera enriquecimiento personal, lo halló culpable de haber integrado una trama con fines ilícitos. Los jueces recordaron que ya había sido condenado en otros procesos, lo que agravó su pena actual.
Guéant recibió la condena más severa, seis años de cárcel, al ser considerado el engranaje principal del pacto de corrupción, aunque a sus 80 años no ingresará en prisión. Hortefeux fue sentenciado a dos años, que podrá cumplir en arresto domiciliario con brazalete electrónico.
“Lucharé hasta mi último suspiro para demostrar mi inocencia completa”
Tras la lectura del veredicto en el Tribunal Correccional de París, Sarkozy denunció lo que calificó como “una injusticia inverosímil” y un “escándalo”. Aseguró que la decisión es “de una gravedad extrema para el Estado de Derecho” y que “humilla la imagen de Francia”.
Acompañado de su esposa, Carla Bruni, y de sus tres hijos, el exmandatario reiteró su inocencia y dijo que apelará:
“Si quieren que duerma en prisión, lo haré con la cabeza alta, porque soy inocente. Lucharé hasta mi último suspiro para demostrarlo”, declaró.