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Canadá y Países Bajos denuncian las torturas en Siria ante el Tribunal de La Haya

El régimen de terror de Bachar al Asad masacra a la población desde el estallido de la Primavera árabe en 2011 con la ayuda de su aliado Putin

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Presos sirios en cárcel infernales del régimen de terror de Bachar al Asad

Presos sirios en cárcel infernales del régimen de terror de Bachar al Asad

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Canadá y Países Bajos presentaron este lunes una solicitud conjunta a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para iniciar procedimientos contra Siria por la presunta violación de la Convención contra la Tortura desde 2011 con, entre otros, un trato degradante a los detenidos, desapariciones forzadas, violencia sexual y uso de armas químicas.

Represión violenta desde 2011

En su solicitud, Canadá y Países Bajos piden a la CIJ, el máximo órgano judicial de Naciones Unidas centrado en la resolución de disputas entre Estados, incoar procedimientos a Siria “en relación con presuntas violaciones de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes” desde al menos 2011, cuando comenzó la guerra, a la que acudió en socorro de Bachar al Asad su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin.

“Siria ha cometido innumerables violaciones del derecho internacional, comenzando por lo menos en 2011, con su represión violenta de manifestaciones civiles, y continuando mientras la situación en Siria degeneraba en un conflicto armado prolongado”, señalaron ambos, en el que será el primer caso contra el régimen sirio ante la Justicia internacional.

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Además, Ottawa y La Haya subrayaron que estas violaciones y tratos crueles incluyen “el trato terrible a los detenidos, las condiciones inhumanas en los lugares de detención, las desapariciones forzadas, el uso de violencia sexual y por motivos de género, y la violencia contra los niños”.

“Uso de armas químicas”

Los dos países que presentaron el caso afirman que las violaciones alegadas también incluyen el “uso de armas químicas, que ha sido una práctica particularmente abominable para intimidar y castigar a la población civil, lo que ha provocado numerosas muertes, lesiones y graves sufrimientos físicos y mentales” a los sirios sobre el terreno.

La jurisdicción de la CIJ sobre este caso se funda en el artículo 36 del Estatuto de la Corte, y en el artículo 30 de la Convención contra la Tortura, de la que tantos los países demandantes como la propia Siria son Estados firmantes.

Fallos difíciles de aplicar

Dada la gravedad del caso, Canadá y Países Bajos pidieron también la indicación de medidas provisionales contra Siria, hasta que la CIJ pueda entrar en materia, “para preservar y proteger la vida y la integridad física y mental de las personas dentro de Siria que actualmente están sujetas a tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, o que corren ese riesgo”.

Los fallos de este tribunal son legalmente vinculantes y de obligado cumplimiento para los Estados, pero la CIJ no tiene mecanismos de ejecución de sus sentencias, por lo que su cumplimiento queda en manos de la voluntad de cada país. 

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