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Colombia proclama su hartazgo político al elegir entre un populista de izquierda y uno de derecha

El país vive en una incertidumbre absoluta ante unas encuestas que arrojan un empate técnico entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. El resultado dejará atrás la vieja política, pero la fractura social amenaza con agravarse

segunda vuelta electoral

Seguidores de Gustavo Petro, el 22 de mayo de 2022 en el acto de cierre de campaña para la primera vuelta electoral en Bogotá, Colombia.

Seguidores de Gustavo Petro, el 22 de mayo de 2022 en el acto de cierre de campaña para la primera vuelta electoral en Bogotá, Colombia.

EFE / Carlos Ortega

Cuando ha pasado poco más de un año de la ola de protestas sociales que sacudió Colombia con una fuerza inusitada, 39 millones de ciudadanas y de ciudadanos del país se ven este domingo ante una difícil elección que promete acabar con la política tradicional, pero que no está claro que pueda ayudar a sanar las heridas sociales que han abierto dos décadas marcadas por el uribismo y el desgaste de las FARC y su turbulento proceso de paz.

Gustavo Petro, el progresista que ya cayó en 2018 ante Iván Duque, quien dejará ahora el poder, partía como claro favorito en los comicios ante la apatía social que generaban los candidatos conservadores, sobretodo Fico Gutiérrez. Así, en la primera vuelta se llevó el 40.3 por ciento de los votos, lo que lo colocaba en la rampa para llegar a la presidencia.

Pero sucedió lo que nadie esperaba: Rodolfo Hernández, “el ingeniero”, un anciano político que ha abrazado el populismo desde la derecha, obtuvo el 28.15 por ciento de votos, apartó de la carrera electoral a Gutiérrez y a otros candidatos moderados como Sergio Fajardo y se ha plantado en la segunda vuelta electoral con opciones reales de tumbar a Petro.

Según la última encuesta, publicada este viernes por la firma Invamer, Hernández de hecho sale por delante, con el 48.2 por ciento de intención de voto frente al 47.2 por ciento de Petro, lo que, en cualquier caso, cae dentro de lo que se considera un empate técnico.

Hernández ha logrado llegar hasta aquí a base de hablar contra la vieja política, pero con el rechazo característico de la derecha a la mayoría de las propuestas progresistas que ha enarbolado Petro. El resultado de una campaña para la segunda vuelta entre una figura populista de izquierda y una de derecha han sido dos semanas agrias, llenas de golpes bajos, acusaciones, disputas y discrepancias que amenazan con ahondar en la división social ante la inevitabilidad de un resultado ajustado.

El candidato presidencial colombiano Rodolfo Hernández, junto a su madre y su esposa  durante una visita a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá, Boyacá, Colombia, el jueves 16 de junio de 2022.

El candidato presidencial Rodolfo Hernández, junto a su madre y su esposa durante una visita a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá, Boyacá, Colombia, el 16 de junio de 2022.

EFE / Camilo Barón Vargas

Ante la tormenta, los dos políticos rápidamente decidieron refugiarse en las nuevas tecnologías para hacer campaña, abandonando los tradicionales mítines masivos como si fuera una señal más de su voluntad de forjar una nueva dinámica política a nivel nacional.

Por romper, se ha roto incluso con la tradición de los debates entre candidatos. Durante la primera vuelta, Hernández quiso reforzar su imagen de outsider (ha dedicado su vida al negocio inmobiliario) y decidió no asistió a los debates, pese a que lo invitaron.

LAS SALIDAS DE TONO DE HERNÁNDEZ

Ahora, en segunda vuelta, ha puesto todo de su parte para no debatir, tratando de chantajear al equipo de Petro para que aceptaran condiciones draconianas para celebrar el encuentro, como por ejemplo seleccionar a dedo los periodistas que podrían participar, lo que se puede interpretar como una clara señal del estilo de política que promete ejercer Hernández si llega a presidente. La CNN ha llegado a llamar a Hernández “el Donald Trump colombiano”.

El líder conservador, que se presenta como independiente, además, ha vendido esta imagen de ser alguien de fuera de los círculos políticos tradicionales pese a que fue alcalde de Bucaramanga, una próspera ciudad de medio millón de habitantes y capital del departamento de Santander.

De hecho, su paso por dicha alcaldía puede ser también una pista sobre cómo ejercería Hernández la presidencia. Aunque su retórica anticorrupción le granjeó popularidad, terminó renunciando antes del final de su mandato, en 2019, denunciando persecución política después de que la Produraduría del país le abriera 34 investigaciones disciplinarias y le impusiera diversas sanciones. Una de ellas, por golpear a un concejal opositor.

Ahora, de nuevo, el anciano Hernández, de 77 años, utiliza el mismo discurso anticorrupción para lograr el favor de la población general: “Donde nadie roba, la plata alcanza”, insiste, al tiempo que acusa a todos sus críticos de sinvergüenzas, ladrones y hasta de drogadictos.

En febrero, cuando Hernández no figuraba en las encuestas elecotorales, en un video espontáneo le pidieron un saludo para el departamento de Vichada, en el extremo este del país, en la frontera con Venezuela, Hernández contestó: “¿Eso qué es?”. Vichada ni siquiera está particularmente lejos de Bucaramanga; es algo así como si un candidato mexicano que hubiera sido antes alcalde de Morelia no conociera de la existencia de Tlaxcala.

Y a pocas horas para las elecciones, Hernández sufrió una nueva polémica cuando, este viernes, aparecieron imágenes del candidato disfrutando de una gran fiesta a bordo de un yate el pasado mes de octubre en Miami, Florida, EU. Según el medio colombiano Cambio, que publicó los videos, la farmacéutica Pfizer, que provee vacunas anticovid al gobierno de Colombia, pagó los gastos de la fiesta, pero la empresa ha negado esta versión.

LA POLÉMICA TAMBIÉN GOLPEA A PETRO

Pero las polémicas electorales no han sido exclusivas de Hernández, ni mucho menos. Petro se vio sacudido la semana pasada por una filtración de videos que pone en entredicho las maneras de actuar, al menos, de su equipo de campaña.

El candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, tras reunirse con colaboradores de su campaña, este viernes 17 de junio de 2022 en Bogotá, Colombia.

El candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, tras reunirse con colaboradores de su campaña, este viernes 17 de junio de 2022 en Bogotá, Colombia.

EFE / Carlos Ortega

Las imágenes y audios, filtrados por Caracol Radio, se grabaron hace meses, pero han afectado a la credibilidad de Petro, algo aprovechado hasta el extremo por su rival, pese a tener su propia cola que le pisen. En estas filtraciones se escucha al senador Roy Barreras, parte del Pacto Histórico, que es la coalición por la que se presenta Petro, proponiendo planes para desacreditar a quienes entonces percibía como los principales oponentes en las elecciones.

“Alejandro Gaviria es una amenaza electoral y vamos a ocuparnos de desmontar esa amenaza (...) Pensemos tácticamente si hay que dividir o no el centro. Si eso sirve de algo, (hay que) coger al abandonado Fajardo y traerlo, o más bien nos vamos de frente contra Alejandro Gaviria", asegura Barreras en uno de los videos.

Gaviria terminó apoyando públicamente a Petro, pero Fajardo sí se presentó a las elecciones en primera vuelta, donde obtuvo un pírrico 4 por ciento de voto.

Enter tanto, el candidato progresista, que fue alcalde de Bogotá, se ha enfocado en insistir en la necesidad de votar por el cambio. Este sábado, Petro aseguró que en estas elecciones se decidirá si Colombia quiere "seguir retrocediendo o avanzar, si seguir en el pasado, en la desigualdad de las mujeres, o avanzar juntos y juntas hacia sus derechos".

Además, Petro ha asegurado que si gana impulsará un “acuerdo nacional”, este sábado se reunió con varios políticos de alto rango -incluyendo a Gaviria, que fue secretario de Salud-, para poner el pacto sobre la mesa. Con esta propuesta, el izquierdista busca el diálogo “a pesar de tener diferencias”.

"Nosotros no somos socialistas y este proceso político no es un acuerdo de izquierdas, es un acuerdo plural de Colombia aunque incluye a las izquierdas del país", insistió Petro.

VICEPRESIDENCIA HISTÓRICA, GANE QUIEN GANE

En parlalelo a la presidencia, que una vez más se decide entre dos hombres, la compañía de fórmula que han elegido ambos son mujeres; por Petro concurre para el segundo cargo del país Francia Elena Márquez Mina, ambientalista y abogada afroamericana de 40 años. Por su parte, Hernández ha elegido a Marelen Castillo Torres, también afrodescendiente, de 53 años, e ingeniera Industrial y también licenciada en Biología y Química.

Una mujer pasa frente a unos carteles de la aspirante a la vicepresidencia Francia Márquez este jueves 16 de junio de 2022 en Bogotá, Colombia.

Una mujer pasa frente a unos carteles de la aspirante a la vicepresidencia Francia Márquez este jueves 16 de junio de 2022 en Bogotá, Colombia.

EFE / Mauricio Duenas Castaneda

Quien sea la elegida sucederá a Marta Lucía Ramírez, la polémica vicepresidenta de Iván Duque, quien fue la primera mujer en llegar al cargo en 2018; con ello, Márquez o Castillo no harán historia como mujeres en la vicepresidencia, pero sí lo harán como la primera mujer afrodescendiente.

Márquez comenzó a destacar incluso en el ámbito público joven, cuando en 2015, a los 33 años, fue galardonada con el Premio Nacional de Derechos Humanos por su activismo ambientalista. Tres años después, el 2018, logró el Goldman Environmental Prize, considerado un premio Nobel de Medio Ambiente.

En cambio, Castillo es todavía una desconocida para el gran público, pues ha dedicado toda su vida a la docencia universitaria, y además de sus dos licenciaturas cuenta con una maestría en Administración por el Tecnológico de Monterrey y un doctorado en Educación por la Nova Southeastern University en Fort Lauderdale, Florida.

@marcelsanroma