El hijo de Joe Biden se declara culpable de tres delitos para tratar de esquivar la prisión
Hunter acuerda con el fiscal cargos leves por no pagar impuestos, a cambio de que éste no le acuse de posesión ilegal de un arma cuando era drogadicto
estados unidos
El presidente Joe Biden y su hijo Hunter Biden durante la campaña 2020
Hunter Biden, segundo hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes que ha llegado a un acuerdo con un fiscal para declararse culpable de tres delitos — posesión ilegal de un arma y no pagar sus declaraciones de impuestos en 2017 y 2018— para intentar de esta manera esquivar la cárcel, y de paso, limpiar de piedras el camino para la reelección de su padre de cara a las elecciones de 2024.
Luego de cinco años bajo la lupa judicial, el acuerdo al que ha llegado Hunter Biden (53 años) con el Departamento de Justicia de EU debe ser aprobado aún por un juez federal, por lo que la amenaza de cárcel persiste, pero ha sido suficiente para que los republicanos hayan arremetido contra el pacto, que consideran demasiado generoso.
La investigación por supuestas prácticas corruptas del hijo de Biden se abrió en 2018 durante el mandato de Trump (2017-2021) y fue utilizada por el exmandatario republicanos para atacar a su rival demócrata en la campaña de 2020, que, sin embargo, no le sirvió para ganar las elecciones, por mucho que el magnate (también investigado judicialmente por llevarse a su casa documentos oficiales clasificados) insista en el bulo del fraude.
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Trump, así como sus rivales por la candidatura presidencial republicana, acusan al presidente Biden de no haber hecho ningún esfuerzo para llevar esta indagación hasta el final, por lo que el acuerdo alcanzado este martes que libra a Hunter Biden de la cárcel entra de lleno en campaña de cara a las elecciones de 2024.
Libertad condicional
De acuerdo al documento presentado este martes ante una corte federal por el fiscal general de Delaware, David Weiss, Hunter Biden admite no haber declarado al fisco los ingresos que recibió en 2017 y 2018, aunque posteriormente pagó por ellos un millón de dólares, a cambio de que los fiscales recomienden la libertad condicional de dos años para él, al tratarse de un delito no grave (misdemeanors).
Además, admite el delito de posesión ilegal de un arma por la compra de una pistola en 2018 cuando era adicto a las drogas. El fiscal renuncia a imputarle por ese tercer delito (considerado grave: felony en argot judicial estadounidense) a cambio de que el hijo del presidente de EU se mantenga libre de drogas durante dos años y de que renuncie a tener un arma de fuego en el futuro.
Cuando su hermano mayor, Beau, murió en 2015 por un tumor cerebral, Hunter cayó en una espiral autodestructiva de alcohol y drogas.
Si un juez federal acepta el acuerdo, esto podría suponer el fin de la investigación a Hunter Biden, que ha salpicado a su padre, Joe Biden, cuyos rivales políticos han utilizado estas pesquisas para arrojar dudas sobre los negocios del hijo en el extranjero y para describir a la familia de presidente como corrupta.
Los republicanos sostienen que Joe Biden y su familia se han beneficiado de la posición política del actual presidente a lo largo de su carrera (de fiscal y de vicepresidente de Barack Obama) para hacer negocios en el exterior.
La computadora que nunca recogió del taller
La noticia del acuerdo de Hunter con el fiscal impulsará la ofensiva republicana para acelerar la investigación del otro frente que tiene abierto el hijo del presidente: sus oscuros negocios
Hunter Biden llevó a reparar una laptop a un taller de Wilmington (Delaware), la ciudad de los Biden, pero nunca lo recogió. El dueño de la tienda hizo una copia de su disco duro y le entregó la información a aliados de Trump. En él había decenas de miles de mensajes de texto, algunos de ellos aparentemente comprometidos para Joe Biden, así como correos electrónicos y más de 2,000 fotografías, incluidas algunas de contenido sexual.
El diario The New York Times publicó en plena campaña electoral de 2020 parte del contenido de la computadora de Hunter, pero la polarización de la sociedad estadounidense, luego de cuatro años de mandato del extremista Trump, hizo que el escándalo pasara desapercibido.
Falta por ver qué pasará de aquí a noviembre de 2024, si se confirma (como es casi un hecho) la candidatura a la reelección de Biden; y si se confirma (como anuncian las encuestas) que su próximo adversario será de nuevo Trump.
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